
Ricardo Preve, periodista y documentalista argentino, se escapó de su casa en Buenos Aires en 1979 para emular una tradición familiar que lo llevó a cruzar el Atlántico en un barco a vela, con destino a Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Con apenas 19 años y junto a otros cinco adolescentes, enfrentaron dos meses en mares peligrosos, perdiendo el timón, las velas y enfrentando oleajes que los volcaron en varias ocasiones. Sobrevivieron a los tormentosos 'cuarenta bramadores', los vientos del sur que hacen del Atlántico uno de los pasos marítimos más traicioneros.
Ese episodio selló su amor por el mar, que derivó en una fascinación por los tiburones y en la búsqueda de historias olvidadas. En sus viajes por el mundo, documentó la vida de estas criaturas en lugares como el Mar Rojo, específicamente en las islas Suakin, en África, donde una historia casual le despertó una intensa curiosidad: la de un submarino italiano hundido en 1940 con la muerte de un marinero llamado Carlo Acéfalo.
En 2014, mientras buceaba en esa zona, escuchó un relato sobre el hundimiento del Macallé, un submarino de la Segunda Guerra Mundial que se había encallado en Barra Musa Kebir, una pequeña isla en Sudán. Ricardo Preve supo que tenía una historia que investigar y se dedicó a buscar respuestas, profundizando en archivos y mapas antiguos, convencido de que el submarino y el marinero muerto permanecían en ese paraje.
El Macallé, construido en La Spezia en los años treinta, formó parte de la flota italiana en el Mar Rojo, operando en la colonia italiana de Eritrea. En junio de 1940, quedó expuesto a gases venenosos por un fallo en la refrigeración y colisionó con el arrecife de Barra Musa Kebir, quedando atrapado en los corales sin hundirse por completo. La tripulación logró evacuar el submarino, aunque Carlo Acéfalo, quien enfermó gravemente por envenenamiento y malnutrición, falleció en el islote.
En 2017, tras años de trámites diplomáticos, Preve encabezó una expedición para buscar los restos de Acéfalo. Armados con tecnología moderna y acompañados por un equipo de antropología forense, excavaron la isla en condiciones extremas, confrontando temperaturas de hasta 50 grados y arena resistente. Tres días de trabajo los llevaron a descubrir fragmentos óseos, incluyendo una falange, que tras análisis forense confirmaron correspondían a Carlo Acefalo, el único marinero muerto en ese naufragio.
El hallazgo permitió identificar y recuperar sus restos, que fueron entregados a las autoridades italianas en 2018, y posteriormente enterrados en su pueblo natal, Castiglione Falletto, en el Piamonte, junto a su madre. Preve, conmovido, explicó que eligió contar esa historia porque representa a todos los que han sido olvidados por las guerras, resaltando el valor universal del recuerdo y la memoria.
Su documental 'Volviendo a Casa', estrenado en 2019 y galardonado con numerosos premios, refleja su compromiso con honrar la historia callada de personajes anónimos, como Carlo Acéfalo, cuya historia trascendió gracias a su incansable búsqueda y pasión por la verdad.