La venta de utensilios de barro como cazuelas, cucharas y platos ha disminuido significativamente en Metepec en los últimos años, llevando a los artesanos a elaborar estos productos solo por pedido y en cantidades limitadas, según informaron en el Centro de Exposición y Venta Artesanal “Árbol de la Vida”. Hace 20 o 30 años, estas piezas eran comunes en las cocinas mexicanas tradicionales, pero hoy en día, materiales como silicón, peltre, aluminio y acero inoxidable han desplazado su uso. Patricia Sánchez, artesana local, destacó que aunque los materiales modernos parecen más duraderos y convenientes, el trabajo artesanal en barro aporta un sabor y tradición únicos. Debido a la baja demanda, los artesanos producen pocas piezas y requieren que los clientes soliciten antelación y paguen un anticipo para garantizar la fabricación. Sánchez mencionó que a veces reciben pedidos para eventos grandes y solo elaboran las piezas si se les avisa con tiempo. Los precios de una cazuela oscilan entre 50 y 120 pesos, pero la tendencia a regatear también afecta las ganancias, pues los artesanos admiten que prefieren ganar algo a no vender nada. En contraste, las piezas decorativas, como el Árbol de la Vida, cruces, alcancías, catrinas y figuras religiosas, mantienen buena demanda. Además, para sobrevivir, muchos artesanos han diversificado su oferta incluyendo macetas, souvenirs con imanes, lámparas, ropa tradicional, mecedoras y hamacas. Doña María de Lourdes Lichi señaló la necesidad de ampliar la oferta para cubrir gastos, ante la disminución en ventas de artesanías de barro. Sin embargo, en el Centro artesanal de Metepec, algunos locatarios critican la poca inclusión del barro en actividades culturales y turísticas, acusando que el turismo suele favorecer a revendedores en lugar del trabajo auténtico y nativo, contribuyendo a su desplazamiento y pérdida cultural.