El fin del pendrive: la evolución y el declive del conector USB en la era digital

Por: Equipo de Redacción | 05/11/2025 07:00

El fin del pendrive: la evolución y el declive del conector USB en la era digital

El conector USB, uno de los estándares más utilizados en tecnología de consumo desde finales de los años 90, enfrenta un proceso acelerado de reemplazo. Aunque fue fundamental para conectar computadoras, periféricos y dispositivos de almacenamiento, su relevancia se ve amenazada por necesidades crecientes de velocidad, formatos más compactos y la expansión de servicios en la nube.

Especialistas coinciden en que la menor utilización del pendrive no es un fenómeno aislado, sino parte de una transformación más amplia impulsada por el avance de los discos SSD externos, el crecimiento del almacenamiento en línea y la eliminación progresiva de puertos físicos tradicionales en los equipos modernos.

El término USB significa Universal Serial Bus, un estándar creado para unificar diferentes tipos de puertos y cables en la informática antes del año 2000. Su tecnología se basa en la transmisión en serie, enviando datos bit a bit a través de un mismo canal, lo que sustituyó métodos paralelos más lentos, costosos y propensos a errores.

Este formato permitió que cámaras digitales, impresoras, discos duros externos y teléfonos móviles se conectaran a las computadoras sin configuraciones complicadas. Además, un solo cable podía transferir archivos y suministrar energía a ciertos dispositivos.

Durante más de veinte años, la facilidad de conectar y usar (plug and play), junto con la capacidad de extraer dispositivos en caliente sin apagar la computadora, impulsó un auge de accesorios USB. Las memorias portátiles, en particular, se convirtieron en herramientas esenciales en educación, oficinas y hasta en la instalación de sistemas operativos, haciendo de su uso una cultura digital.

Sin embargo, la evolución tecnológica ha cambiado las reglas del juego. La creciente demanda por contenido audiovisual en resolución 4K, archivos RAW y videos de alta tasa de bits ha reducido significativamente el tamaño y la capacidad de los archivos. Mientras que las memorias USB comunes varían entre 64 GB y 512 GB, los equipos profesionales generan terabytes de datos.

Las unidades SSD portátiles, que ofrecen TB de almacenamiento con mejor relación precio-rendimiento, están desplazando a los pendrives, además de que su velocidad de transferencia es mucho mayor gracias a conexiones como USB-C o Thunderbolt, que permiten mover grandes volúmenes de datos en segundos. Por otra parte, aunque existen memorias USB de mayor capacidad, el costo por gigabyte las hace menos competitivas frente a las unidades SSD.

La desaparición progresiva del puerto USB-A tradicional también influye en esta tendencia. Los fabricantes están apostando por USB-C, que es más compacto, eficiente y versátil. Para dispositivos ultradelgados o ciertos modelos de Apple, no existen puertos físicos múltiples, lo que hace que los pendrives estándar sean menos compatibles, especialmente si se usan adaptadores que pueden reducir la velocidad y fiabilidad.

Por último, el auge del almacenamiento en la nube ha cambiado las viejas prácticas. Compartir archivos grandes mediante enlaces en plataformas empresariales o servicios gratuitos ha desplazado la necesidad de transportar dispositivos físicos, volviéndose la opción preferida.

En resumen, aunque el estándar USB seguirá vigente como tecnología de conexión, el pendrive como objeto físico y portátil está en declive. La conectividad continuará, pero en formas más rápidas, flexibles y con mayor capacidad, dejando atrás la era de la memoria física portátil.