El jardín venenoso de Alnwick: un espectáculo de plantas letales y leyendas oscuras en Inglaterra

Por: Equipo de Redacción | 24/10/2025 16:00

El jardín venenoso de Alnwick: un espectáculo de plantas letales y leyendas oscuras en Inglaterra

Puertas de hierro adornadas con calaveras y advertencias en mayúsculas protegen la entrada al Jardín de Plantas Venenosas de Alnwick, en Northumberland, Inglaterra. Considerado el más grande del mundo, este espacio alberga más de cien especies peligrosas y solo se permite su ingreso bajo estrictas medidas de seguridad.

Ubicado junto al histórico castillo que por más de setecientos años fue propiedad de la familia Percy, el jardín fue creado hace veinte años por la actual duquesa de Northumberland, Jane Percy, como parte de un proyecto para revitalizar la propiedad y promover la educación sobre plantas tóxicas. En palabras de la duquesa, “es mucho mejor saber cómo una planta mata que cómo cura”.

El acceso está controlado con advertencias claras: no tocar, lam er, ni recolectar. Entre las plantas peligrosas, se encuentran la mandrágora, ricino y la salvia divinorum, que permanecen enjauladas o bajo llave. Mikey Leach, jefe de jardineros, explicó que las raíces de la mandrágora son “supervenenosas” y por eso deben estar protegidas, mientras que especies como la ortiga australiana gympie-gympie requieren trajes de protección química para su manejo.

Este catálogo venenoso está ligado con historias que marcaron la historia criminal y la cultura popular. La belladona, conocida por su uso en envenenamientos históricos como el del “Teacup Poisoner”, puede provocar parálisis, alucinaciones y muerte. El ricino, en las semillas del ricinus communis, contiene el potente veneno ricina, y la salvia divinorum, aunque parezca inocente, tiene efectos psicoactivos intensos. Otras plantas como el hogweed pueden causar quemaduras severas en contacto con la luz solar.

El jardín también es utilizado en investigaciones científicas. Un estudio forense realizado en Alnwick identificó la alta peligrosidad de la belladona para menores, destacando la necesidad de mayor concienciación pública para prevenir intoxicaciones fatales. Durante un verano, se reportaron hasta 70 desmayos entre visitantes, motivados tanto por relatos macabros como por efectos reales de las plantas.

Además, el jardín ha influenciado en el ámbito cultural y literario. Escritores como Jill Johnson, autora de la serie “Professor Eustacia Rose Mysteries”, reconocen que el lugar, con sus historias de crímenes botánicos, les proporciona inspiración para tramas donde la botánica se convierte en herramienta detectivesca.

Por otro lado, la presencia de estas especies ha llamado la atención de las fuerzas policiales. Se sabe que al menos una unidad en el Reino Unido ha solicitado visitas para informarse sobre plantas venenosas, en el contexto de casos de envenenamientos o amenazas relacionadas con sustancias peligrosas, como el envenenamiento ocurrido en 2009 con un curry adulterado con acónito.

El cuidado de las plantas más peligrosas requiere precauciones extremas. La reciente incorporación de una planta australiana, gympie-gympie, en una jaula especial, representa un desafío logístico y de seguridad. Su manejo ha requerido intentos fallidos y cuidados especiales para evitar contacto directo con sus espinas urticantes.

El trabajo en el jardín, paradójicamente, atrae a especialistas como Cal Allison, quien desde niño se sintió atraído por la jardinería y hoy se enfrenta a especies que pueden ser mortales con solo un roce. Este espacio, donde el peligro y la fascinación se entrelazan, continúa expandiéndose y sirviendo como recurso tanto para la ciencia como para la educación pública en torno a los riesgos de las plantas tóxicas.