Netflix estrenó la mini serie “Caso no resulto: los asesinatos del Tylenol”, que relata un caso criminal aún sin resolver. En 1982, varias personas en Chicago murieron tras consumir cápsulas de Tylenol manipuladas con cianuro. Las víctimas, entre 12 y 35 años, fallecieron en poco tiempo, y una enfermera detectó la conexión, alertando a las autoridades. El análisis confirmó la presencia de cristales de cianuro en las pastillas, lo que generó pánico en la ciudad. La compañía Johnson & Johnson retiró los productos y lanzó campañas para evitar consumo. Una carta sospechosa, enviada a la empresa, llevó a James William Lewis a ser condenado por extorsión, pero no se comprobó su responsabilidad en los envenenamientos. Hasta hoy, el culpable y las motivaciones permanecen desconocidos. Los asesinatos redujeron en un 20% las ventas de dulces de Halloween y provocaron temor entre los padres sobre la seguridad de los productos.