
El empresario José María Riobóo, cercano al expresidente Andrés Manuel López Obrador y principal promotor del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), fue el proveedor de información que utilizó la empresa Navblue para elaborar el estudio que justificó la cancelación del aeropuerto de Texcoco y avaló la construcción de la terminal en Santa Lucía.
Para determinar si el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el AIFA podían operar simultáneamente —una condición clave para cancelar Texcoco—, Navblue debió realizar investigaciones independientes, usar simuladores de vuelo y consultar a todos los sectores involucrados. Sin embargo, la empresa francesa se basó en datos proporcionados por actores con claros conflictos de interés.
En el documento (https://lopezobrador.org.mx/wp-content/uploads/2018/10/Estudio-de-factibilidad-NavBlue.pdf) entregado a López Obrador, Navblue aseguró que el estudio presentaba propuestas para operaciones conjuntas entre el AICM y el AIFA, basándose en datos suministrados por Rocheo y otras fuentes como el AIP de México y FlightRadar24.
La especialista en investigación de accidentes aéreos María Larriva Sahd afirmó que Navblue aceptó dar su visto bueno a la narrativa oficial a cambio de dinero. Según ella, Navblue fue condicionado por el empresario Riobóo, y si el estudio tenía fallas, argumentaría que sólo trabajó con la información proporcionada, desligándose de responsabilidades.
José María Riobóo, ingeniero civil español naturalizado mexicano, se desempeñó en proyectos de infraestructura de gran envergadura en la Ciudad de México, durante la administración de López Obrador como jefe de Gobierno. Aunque Grupo Riobóo no tenía contratos en el NAICM de Texcoco, fue asesor clave en contra del proyecto, promoviendo la cancelación con argumentos sobre la inestabilidad del suelo del Lago de Texcoco y los altos costos de mantenimiento, lo cual generó pérdidas superiores a 300 mil millones de pesos.
En 2018 se creó un comité presidencial para evaluar las ventajas y desventajas de cancelar Texcoco y construir en Santa Lucía, pero Carlos Urzúa, entonces secretario de Hacienda, reveló antes de su fallecimiento que dicho comité nunca funcionó formalmente. Estaba integrado por Riobóo y Samaniego, partidarios del aeropuerto en Santa Lucía, y por Romo y Urzúa, favorables a Texcoco.
La postura de Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes, permaneció ambigua, pues nunca expresó claramente su preferencia. Urzúa expresó que el comité nunca inició sesiones oficiales y que los documentos publicados eran parciales y no reflejaban un consenso real, evidenciando la manipulación de la información para sustentar la cancelación del NAICM.