El ‘power dressing’ se consolidó como un código de vestimenta que expresa liderazgo, profesionalismo y seguridad. Popularizado en la década de 1980, este estilo se caracteriza por prendas estructuradas como trajes, blazers con hombreras, cortes definidos y tonos sobrios, transmitiendo fortaleza y determinación en quien los porta.
Celebridades y miembros de la realeza ejemplifican este concepto, convirtiéndose en referentes de moda que adaptan y personifican este lenguaje visual en diversos escenarios.
Kim Kardashian, por ejemplo, muestra su versión del ‘power dressing’ con looks de sastrería en tonos oscuros y cortes precisos, que proyectan sofisticación y firmeza. En una visita frente a la Harvard Business School, lució un traje de rayas verticales gris oscuro compuesto por un saco cruzado y pantalón de pierna ancha, acompañado de una camisa del mismo tejido y un abrigo largo de acabado brillante sobre los hombros. En otra ocasión, eligió un conjunto negro con hombreras pronunciadas y corte entallado, complementado con accesorios como collar de diamantes, lentes oscuros y aros prominentes, manteniendo un porte decidido con el cabello recogido.
Victoria Beckham igualmente actualiza el ‘power dressing’ con un enfoque contemporáneo, cuidando cada detalle y la silueta. Durante la presentación del documental de Netflix en Londres, llevó un conjunto blanco con blazer amplio y falda lápiz de cintura alta, combinado con una blusa en ‘v’, resaltando una imagen pulida. En otro momento más íntimo, optó por un traje gris claro con saco entallado y pantalón recto, contrastado con una camiseta blanca, accesorios metálicos y cabello suelto en ondas, demostrando cómo fusionar poder y delicadeza.
Kate Middleton, por su parte, emplea la sastrería para proyectar autoridad en sus compromisos oficiales. En una escena urbana, eligió un conjunto mostaza de saco y pantalón, con un suéter a tono, líneas simples y corte ligeramente acampanado, complementado con accesorios minimalistas y cabello en ondas. En un evento institucional al aire libre, llevó un traje gris príncipe de Gales con blazer entallado, pantalón recto y camiseta gris, con cinturón negro y cabello recogido.
Meghan Markle presenta una interpretación refinada del ‘power dressing’, privilegiando detalles que combinan formalidad y confort. En la gala ‘Time 100’, usó un conjunto beige con blazer holgado y pantalón de pierna ancha, junto a una camisa blanca abotonada y accesorios metálicos, con el cabello suelto en ondas suaves.
El ‘power dressing’ se adapta a diferentes plataformas sin perder presencia, reafirmando su vigencia como símbolo de autoridad y estilo en la moda contemporánea.