El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha reflejado una significativa caída en su poder político durante el periodo de alianza con el Partido Acción Nacional (PAN). En las elecciones de 2024, el PRI obtuvo 5.7 millones de votos, lo que representa una reducción de dos millones en comparación con 2018, cuando ambos partidos compitieron por separado en las presidenciales.
Desde que en 2020 se formalizó la alianza conocida como Va por México, que inicialmente incluía al extinto Partido de la Revolución Democrática (PRD), el panorama de control de gubernaturas ha cambiado drásticamente. En ese año, el PRI gobernaba 19 estados; para 2024, solo mantiene el control en Coahuila y Durango, tras perder 17 en este periodo, incluyendo el Estado de México, un bastión histórico.
Mientras tanto, el PAN también ha visto disminuciones en su apoyo electoral. En 2018, conquistó cerca de 10 millones de votos en las presidenciales, pero en 2024 apenas logró 2.6 millones. La reducción en apoyo ha impactado también en el Congreso, donde el PRI ha perdido 72 escaños en la Cámara de Diputados desde 2021.
El fracaso del PRI en mantener su influencia se refleja en la caída de su presencia tanto en el ejecutivo estatal como en los votos a nivel nacional, evidenciando una erosión significativa en su estructura política en los últimos cuatro años. La alianza para las elecciones de 2024, bajo el nombre de “Fuerza y Corazón por México”, no ha logrado revertir esta tendencia.
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