El Vaticano ha emitido medidas y aclaraciones dirigidas a los fieles católicos que utilizan el título de “Corredentora” para referirse a la Virgen María, con el fin de ofrecer una explicación teológica sobre su papel en la obra de la redención.
Según la Biblia, la redención implica el rescate de los creyentes a través de la muerte de Jesucristo en la cruz. A lo largo de este proceso de juicio, tortura y crucifixión, la Virgen María estuvo presente junto a su hijo, aunque se considera que su papel dentro de la historia es subordinado al de Cristo.
En este contexto, el Vaticano publicó el documento titulado “Mater populi fidelis” (Madre del pueblo fiel), que busca esclarecer el significado del título de “Corredentora” y reducir los debates que han surgido en torno a su uso. Aunque en textos antiguos se destacaba la cooperación de María en la redención junto a Jesucristo, el documento señala que ese término empezó a popularizarse por grupos marianos surgidos en fervor popular.
Firmado por el Papa León XIII, el texto reafirma la importancia singular de María en la obra de la redención, pero también advierte sobre los riesgos de colocarla en un plano paralelo a Cristo, quien es el único mediador y redentor. La intención es que se reconozca su misión como sirviente y colaboradora en dependencia total de Jesucristo, evitando confusiones doctrinales.
El Dicasterio sostiene que mantener el título de “Corredentora” puede generar confusión y desequilibrio en la comprensión de la fe cristiana, además de oscurecer la figura de Jesús como mediador en la redención divina.
La utilización del término “Corredentora” se remonta al siglo XV, cuando la teología mariana profundizó en el papel de María como cooperadora en la redención, especialmente en su condición de “Madre del Redentor”. Sin embargo, aunque el Concilio Vaticano II optó por no usar dicho título para evitar problemáticas doctrinales, el Papa Juan Pablo II sí lo empleó en varias ocasiones, resaltando el valor del sufrimiento de María junto a Jesús en la crucifixión.
Esta decisión busca equilibrar la veneración hacia María con la correcta comprensión de su papel subordinado a Cristo, mediador y redentor único en la fe católica.