La Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC), que inició este lunes en Niza, Francia, ha puesto de manifiesto la critical situación de los océanos, declarados en estado de “emergencia”. Con la presencia de cerca de 60 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y su colega argentino Javier Milei, la cumbre busca consensuar políticas internacionales y recaudar fondos para la conservación marina.
El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que los fondos marinos no deben convertirse en un “Far West”, en referencia a la apertura de Estados Unidos a la minería en aguas profundas, que ha generado controversia en los ámbitos internacionales. Guterres hizo un llamado a avanzar de la explotación a corto plazo hacia una gestión sostenible a largo plazo.
La decisión de EE. UU. de acelerar las solicitudes para minería en aguas profundas, anunciada a finales de abril, ha aumentado la urgencia del debate en la comunidad internacional. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) planea reunirse en julio para discutir regulaciones sobre estas actividades, a las que Francia se opone firmemente y busca impulsar una moratoria hasta contar con más información sobre su impacto ambiental.
Durante la conferencia, Macron insistió en que “las profundidades marinas no están en venta” y pidió una movilización global para proteger estos ecosistemas. El presidente francés afirmó que la ratificación del 'Tratado de Protección de los Océanos' prometido por su país está avanzada, con más de 60 países comprometidos, lo cual es clave para la creación de áreas marinas protegidas (AMP) en un inicio previsto del 8.4% del total oceánico, con la meta de alcanzar el 30% para 2030.
El encuentro también se enfoca en impulsar políticas concretas como la creación de nuevas zonas protegidas y la prohibición de prácticas dañinas como la pesca de arrastre en áreas sensibles. Sin embargo, las recientes conferencias de la ONU han enfrentado dificultades para encontrar consensos y asegurar fondos necesarios contra amenazas ambientales como la sobrepesca, la contaminación plástica y la minería en las profundidades.
Por otro lado, en Niza se realizan manifestaciones pacíficas y se han desplegado más de 5 mil policías para garantizar la seguridad durante los cinco días del evento, que también congrega científicos, empresarios y activistas ambientales comprometidos con la salvaguarda de los océanos.