Con el aumento del uso de teléfonos móviles en la vida diaria, crecen las preocupaciones sobre sus efectos en la salud ocular. Aunque circulan muchas advertencias en redes sociales sobre riesgos graves, los especialistas en salud visual aclaran que pasar largas horas frente a pantallas no causa ceguera permanente, pero sí puede generar molestias y alteraciones temporales que afectan la calidad de vida.
Este fenómeno, conocido como fatiga visual digital o síndrome visual informático, se caracteriza por síntomas como visión borrosa, ojos secos, dolor de cabeza, ardor, lagrimeo y sensibilidad a la luz. Estas molestias ocurren cuando los músculos oculares se mantienen en tensión por largos periodos al enfocarse en objetos cercanos, como el celular, y al reducir el parpadeo, disminuye la lubricación natural del ojo, lo que contribuye a la resequedad ocular.
Sobre la luz azul emitida por los dispositivos, organismos como la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Oftalmología señalan que no hay evidencia científica que vincule esta exposición con daños irreversibles o pérdida de visión. Sin embargo, la luz azul puede causar cansancio visual y alterar el ciclo de sueño al interferir con la producción de melatonina, por lo que se recomienda limitar su uso antes de dormir o activar el modo nocturno.
El principal riesgo se encuentra en los hábitos de uso. Leer con poca luz, sostener el teléfono demasiado cerca o pasar más de ocho horas seguidas frente a una pantalla sin pausas ni exposición a luz natural puede favorecer el desarrollo de miopía progresiva, especialmente en niños y adolescentes.
Investigaciones recientes publicadas en la revista The Lancet Digital Health advierten que los jóvenes que permanecen más de seis horas diarias frente a pantallas, sin descansos visuales ni suficiente luz natural, están en mayor riesgo de desarrollar miopía.
Para cuidar la salud ocular, expertos recomiendan seguir la regla 20-20-20: cada 20 minutos, apartar la vista del celular y mirar un objeto a unos seis metros durante al menos 20 segundos. También es aconsejable mantener una buena iluminación, ajustar el brillo de la pantalla, parpadear con frecuencia, usar lágrimas artificiales o lentes con filtro de luz azul, y acudir a revisiones oftalmológicas anuales.
En conclusión, usar el celular en exceso no provoca ceguera, pero puede generar fatiga visual, resequedad y molestias temporales si no se toman medidas preventivas. La clave está en hacer un uso responsable y equilibrado de la tecnología, permitiendo que los ojos descansen y evitando así complicaciones a largo plazo.