Las varillas metálicas se han convertido en un símbolo de los colectivos que buscan a sus seres queridos desaparecidos en México. Este instrumento, simple y económico, es clave para examinar suelos en busca de fosas clandestinas; si se entierra y al sacarla se impregna de materia orgánica, es probable que haya un cuerpo humano.
A pesar de su utilidad, la Fiscalía General de la República (FGR), responsable de servicios periciales a nivel nacional, solo cuenta con ocho varillas metálicas en forma de “T” para buscar a las aproximadamente 133 mil personas desaparecidas en el país.
Según el Censo Nacional de Procuración de Justicia Federal 2025, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los servicios periciales y médicos forenses en todo México disponen de apenas 125 sondas de este tipo. La FGR tiene solo ocho, mientras que las 378 instituciones estatales en la materia poseen un total de 117, muchas de ellas sin disponibilidad alguna de estos instrumentos, cuya adquisición en plataformas digitales cuesta aproximadamente 600 pesos.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de la Secretaría de Gobernación, reporta que hasta el 6 de septiembre de 2023 existen 133,146 personas desaparecidas y no localizadas, población equivalente a ciudades como San Pedro Garza García, Nuevo León, o Apatzingán, Michoacán.
Para hacer frente a esta crisis, las instituciones mexicanas apenas cuentan con nueve equipos de tecnología LiDAR, considerada la mejor opción para detectar fosas clandestinas mediante escaneo y mapas en 3D del terreno. Con drones y sensores portátiles, esta tecnología utiliza rayos láser para identificar hundimientos y anomalías en el suelo, facilitando la detección de posibles fosas de manera más rápida y exacta.
El informe del Inegi indica que la FGR posee solo cinco equipos LiDAR, Coahuila tres y el resto de los estados apenas uno. Colectivos de familiares de desaparecidos señalan que si los gobiernos federal y estatales realmente quisieran resolver esta crisis, ya habrían invertido en más equipos LiDAR, cuyos precios oscilan entre 175 mil y 500 mil pesos.
Jalisco, uno de los estados con mayor número de desaparecidos, ha empezado a adoptar esta tecnología, realizando en marzo pasado experimentos en coordinación con la firma Flying Labs y la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas de Jalisco (COBUPEJ).
En ausencia de tecnología avanzada, las instituciones mexicanas manejan recursos limitados: 27 drones convencionales (10 en la Comisión Regional de Identificación Humana y 17 en unidades estatales), 69 detectores de metales, seis escáneres y 27 georradares, instrumentos que ayudan a detectar cambios en la densidad del suelo.
No obstante, el uso de varillas metálicas sigue siendo fundamental; si entra en contacto con restos humanos, puede impregnarse con materia orgánica y ayudar en la identificación. Además, está el resistivímetro, una herramienta que mide cómo conduce electricidad el subsuelo; en México, solo existe uno, cuyo costo varía entre 27 mil y 60 mil pesos.
El informe “Crisis forense en México: Desaparición de personas”, publicado en febrero por Litigio Estratégico en Derechos Humanos, recomienda que los gobiernos incrementen de forma significativa recursos financieros, humanos y tecnológicos para mejorar los servicios forenses y acelerar la búsqueda de personas desaparecidas.