En el Estado de México, los maestros enfrentan una realidad cada vez más complicada para abordar casos de acoso escolar, ya que carecen de capacitación adecuada y de protocolos claros, alertó Óscar David Hernández Carranza, presidente del Consejo Directivo de ProtocolAB y miembro del World Resources Institute (WRI).
En entrevista con El Sol de Toluca, Hernández Carranza destacó que, a nivel nacional, alrededor del 60% de los docentes no sabe cómo actuar ante situaciones de bullying, y el 40% de las escuelas públicas carece de procedimientos específicos debido a la falta de capacitación. Esto genera que niñas, niños y adolescentes queden vulnerables a dinámicas que se reproducen, normalizan e incluso pueden conducir a autolesiones o suicidio.
El especialista explicó que cada año México pierde aproximadamente 7 mil millones de pesos debido a las consecuencias del bullying en la salud mental de los menores. Frente a esta problemática, se presenta la Norma BULL-LI 2025, un estándar internacional actualizado por más de 100 expertos de diferentes países, que busca brindar una respuesta técnica y verificable mediante un sistema de gestión certificable, gratuito y descargable para instituciones educativas.
Esta norma se basa en la metodología ADIPS (Atención, Detección, Intervención, Prevención y Seguimiento) y contempla un diseño para emitir certificaciones renovables cada tres años, que permitan auditar la aplicación efectiva de los protocolos en las escuelas.
Hernández Carranza afirmó que uno de los avances principales de la norma es cambiar las acciones reactivas o simbólicas por procesos sistemáticos, con capacitaciones basadas en evidencia, rutas claras para denunciar, acompañamiento psicológico y métricas para evaluar el impacto. Además, incluye un componente específico sobre entornos digitales seguros, muy relevante en el contexto mexiquense, donde el ciberacoso afecta a estudiantes fuera del horario escolar y obliga a definir responsabilidades para directivos, docentes y autoridades.
El especialista recordó que en municipios mexiquenses donde predominan la pobreza y la violencia urbana, las escuelas reciben alumnos con cuadros de ansiedad o estrés derivados de robos, violencia comunitaria u dificultades económicas en sus hogares. Este carga emocional se traslada a las aulas, actuando como detonante de conductas agresivas entre pares. La norma propone intervenir en las causas estructurales, priorizando la prevención y el seguimiento sobre las sanciones.
Asimismo, subrayó que actuar sin contar con herramientas apropiadas puede generar represalias, conflictos con familias y desgaste profesional, desincentivando futuras intervenciones. Por ello, la Norma BULL-LI 2025 incorpora guías con responsabilidades claras y mecanismos de protección legal y psico-pedagógica para los docentes, además de procesos de evaluación que evitan que la carga recaiga únicamente en los profesores.
No obstante, Hernández Carranza advirtió que la efectividad de la norma dependerá de su adopción efectiva. La oferta de descarga gratuita y certificaciones es positiva, pero sin recursos para capacitación, monitoreo estatal y una coordinación entre escuelas y autoridades municipales y estatales, su implementación será desigual.
En el Estado de México, donde la inversión en prevención escolar y atención en salud mental es limitada, el gran reto es coordinar recursos y voluntad política para incorporar estos protocolos en más de 4 mil planteles de la zona metropolitana y en numerosos municipios.
Finalmente, indicó que la presentación de la Norma BULL-LI 2025 el próximo 6 de noviembre representa un cambio de paradigma, pasando de enfoques punitivos aislados a una gestión preventiva, basada en evidencia, auditable y orientada a reducir el bullying de manera efectiva.
