Familia trinitense denuncia la muerte de su pariente en ataque militar estadounidense en aguas internacionales

Por: Equipo de Redacción | 17/10/2025 05:31

Familia trinitense denuncia la muerte de su pariente en ataque militar estadounidense en aguas internacionales

Por primera vez, una familia de Trinidad y Tobago identifica públicamente a una de las 27 víctimas mortales en los ataques aéreos de Estados Unidos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes. Chad Joseph, de 26 años, quien residía en Venezuela en los últimos meses, informó a su familia que realizaría un breve viaje en barco para regresar a su país. Sin embargo, aún no ha llegado y su familia teme lo peor.

El jueves, su nombre comenzó a difundirse en redes sociales, donde usuarios aseguraban que era uno de los seis pasajeros de una embarcación supuestamente cargada de drogas que el ejército estadounidense habría hecho estallar esta semana. "No quiero creer que sea mi hijo", manifestó su madre, Lenore Burnley, en una entrevista. "¿Es realmente cierto?".

El ejército estadounidense ha destruido cinco embarcaciones presuntamente dedicadas al narcotráfico, dejando un saldo de 27 personas muertas. A pesar del incremento en la cantidad de fallecidos, las autoridades no han revelado públicamente los nombres de las víctimas. Los familiares solo cuentan con rumores, publicaciones en redes sociales y la incertidumbre sobre la desaparición de sus seres queridos.

Se cree que la familia de Chad Joseph es la primera en declarar públicamente que sospechan que su pariente está entre las víctimas del ataque. Asimismo, su vecino, conocido como Samaroo, también desaparecido, iba en la misma embarcación, según su tía, Lynette Burnley.

Wayne Sturge, ministro de Defensa de Trinidad y Tobago, indicó que no ha recibido confirmación oficial sobre la identidad de los tripulantes, y que el ataque ocurrió en aguas internacionales, por lo que no tienen jurisdicción para investigar.

El primer ataque, en el que murieron 11 personas, fue anunciado por el gobierno de Donald Trump el 2 de septiembre pasado. Familiares y habitantes de San Juan de Unare en Venezuela reportaron la muerte de ocho personas en ese incidente, pero las autoridades venezolanas bloquearon públicamente toda información, cortando la electricidad y borrando las publicaciones en redes sociales, según testimonios de residentes.

Una mujer de Güiria, también en la costa venezolana, atribuida como esposa de uno de los afectados, relató que su esposo, pescador, salió a trabajar y nunca regresó, sin proporcionar su nombre por seguridad. Expertos señalan que las autoridades venezolanas parecen haber tomado medidas para restringir la información, posiblemente por presiones de Estados Unidos ante la posible escalada militar en la región que busca presionar a Venezuela.

La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, afirmó en Caracas que su gobierno no tiene constancia de la identidad de las víctimas en los recientes ataques. Venezuela ha desplegado fuerzas de seguridad en la costa, mientras que Colombia, a través del presidente Gustavo Petro, indicó tener indicios de que algunos de los muertos son ciudadanos colombianos, sin confirmar si han identificado a alguna víctima.

Chad Joseph residía en Las Cuevas, un pueblo pesquero en la costa norte de Trinidad, a una hora de Puerto España y a una hora en barco de Venezuela. La familia negó que él estuviera involucrado en actividades ilícitas, afirmando que su trabajo era la pesca y que viajaba con frecuencia a Venezuela.

Expertos señalan que esa zona costera es utilizada tanto por pescadores como por narcotraficantes para transportar drogas, especialmente hacia Colombia y Estados Unidos.

El ataque fue anunciado por el expresidente Donald Trump, quien afirmó que las embarcaciones transportaban drogas y que el ejército mató a seis personas sin presentar pruebas. Sin embargo, organizaciones internacionales y expertos en leyes consideran ilegales esas acciones, ya que las leyes marítimas exigen que las autoridades intercepten y detengan embarcaciones sospechosas, no que las hagan explotar.

La madre de Chad Joseph reiteró su confianza en que su hijo falleció en el ataque, dado que no ha tenido contacto con él y en redes sociales se han difundido numerosas publicaciones sobre su posible identidad. La periodista Frances Robles, colaboradora de The New York Times en América Latina y el Caribe, acompañada por Charlie Savage desde Washington y Julie Turkewitz en Bogotá, ha estado siguiendo el caso.