
En el corto plazo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) volverá a aceptar que el ministro de Economía, Luis Caputo, no cumpla con la meta establecida para la acumulación de reservas internacionales, en medio de debates sobre la continuidad del régimen de flotación cambiaria sin intervención mediante bandas. Si no se modifica el esquema tras las elecciones del 26 de octubre —escenario que descartan en el equipo económico—, analistas consideran improbable que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) pueda alcanzar la meta de compra de dólares.
Después de la revisión en agosto, en la que se redujo en USD 5.000 millones el objetivo y la fecha límite se extendió a febrero de 2026, la meta que contempla tener reservas netas positivas por USD 2.400 millones al cierre de 2025 fue desplazada a USD -2.600 millones y todo indica que Caputo seguirá lejos de alcanzarla, salvo un salvataje internacional que lo favorezca.
Lorena Giorgio, economista jefa de Equilibra, advirtió que "la meta más comprometida es la de reservas netas; nuestro cálculo indica que estamos unos USD 8.000 millones por debajo del objetivo para fin de año".
El Gobierno, para ampliar la capacidad de intervención del Tesoro en el mercado, implementó retenciones cero hasta el 31 de octubre, alcanzando en menos de tres días el cupo de USD 7.000 millones, condición que ya fue cumplida.
Giorgio destaca la falta de una estrategia clara del BCRA y del Tesoro para comprar reservas, aspecto sobre el cual se refirió también el ministro de Economía, quien aseguró que "Argentina ha comprado en estos 20 meses USD 29.000 millones, la mayor cifra en la historia del país". Sin embargo, agregó, la dificultad radica en que "el mercado opera a USD 500 millones diarios y si el BCRA intenta comprar USD 2.000 millones, el precio del dólar sube".
La consultora Equilibra estima en unos USD 7.000 millones la diferencia respecto a la meta de reservas a mediados de octubre, una cifra algo más optimista que la de Eco Go. No obstante, considera improbable cumplir con los objetivos sin recurrir a un endeudamiento extraordinario a largo plazo. Además, señala que la incertidumbre política generada por el doble liderazgo del Gobierno argentino y la administración de EE. UU. podría afectar el programa monetario tras las elecciones.
La próxima revisión del FMI en febrero de 2026 podría verse en un contexto distinto si el Gobierno logra resultados positivos en los comicios, logrando un tercio de los legisladores, lo que facilitaría una mayor ayuda financiera de Estados Unidos, incluyendo la activación de una línea de swap por USD 20.000 millones y fondos adicionales, según anunció Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense.
Desde el equipo económico, se evalúa que la cobertura cambiaria, la cual ha sido elevada en los últimos meses, podría terminar tras las elecciones del 26 de octubre. El presidente del BCRA, Santiago Bausili, explicó que la demanda de cobertura en los últimos tres meses equivale a más del 40% del dinero en circulación, una cantidad que solo el Estado puede solucionar.
Aunque esta fase de cobertura pre-electoral empezó en julio —mes en el que el ministro Luis Caputo sugirió comprar dólares, calificándolos de baratos—, la eventual firma de un swap por USD 20.000 millones con la Reserva Federal ayudaría a Argentina a cumplir con la meta de reservas, aunque no sería a través del canal inicialmente previsto.
Gonzalo Guiraldes, economista de Audemus, comentó que si se recibe el préstamo de USD 20.000 millones, Argentina alcanzaría la meta, aunque esto implicaría modificar nuevamente las metas de reservas, que en la revisión de agosto ya se estimaban en USD -3.100 millones para principios de 2026. En tanto, los mecanismos para incrementar reservas, como la liquidación de la cosecha fina o las exportaciones estacionales de energía, siguen siendo fundamentales, pero la clave seguirá siendo la demanda de dólares en el mercado.