
El Tren Maya ha declarado desierta por segunda ocasión en menos de tres meses la licitación para contratar servicios de manejo y protección de la fauna silvestre en los siete tramos de su ruta en el sureste de México. La primera convocatoria, lanzada a principios de julio, no atrajo ofertas compatibles con los requisitos, por lo que se volvió a publicar en agosto. En esta segunda llamada, aunque una empresa cumplió con los requisitos, su propuesta económica superó el presupuesto asignado por el proyecto.
El objetivo de la contratación era implementar estrategias para proteger, prevenir, mitigar y remediar el impacto en especies como jaguares, pumas, ocelotes, monos, murciélagos, aves y reptiles, entre otros, en una ruta de mil 554 kilómetros que atraviesa Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Además, el proyecto contempla monitoreo con GPS, captura y reubicación, y control de animales domésticos en las cercanías de las vías.
El tramo del Tren Maya incluye estaciones y paraderos en sitios arqueológicos y reservas naturales, con especial atención a especies en peligro de extinción. Entre las acciones propuestas están la instalación de más de 66 estaciones de monitoreo con cámaras de alta calidad, técnicas de bioacústica, trampas de niebla y recorridos de censos para diversas especies.
El contrato también incluye la realización de informes bimestrales sobre el estado de los felinos y mamíferos protegidos, así como la reubicación de animales mediante métodos humanitarios, en áreas autorizadas por el proyecto. Sin embargo, la falta de interesados adecuados y presupuestos compatibles pone en duda la efectividad de estas acciones en la protección de la biodiversidad a lo largo de la ruta del Tren Maya, que atraviesa importantes ecosistemas y sitios arqueológicos del sureste del país.