La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) enfrenta una nueva turbulencia en su liderazgo. A solo nueve meses de haber designado como director encargado a Luis Eduardo Llinás Chica, el presidente Gustavo Petro solicitó su renuncia tras no haber cumplido las metas de recaudación fiscal establecidas para 2024. Esta decisión surge en medio de una creciente preocupación por la estabilidad institucional de un organismo clave para la economía del país.
Llinás, quien asumió el cargo el 27 de enero de 2024, tras ser impulsado por el entonces ministro de Hacienda Diego Guevara, no pudo revertir las cifras de recaudo, afectadas por la desaceleración económica y una alta litigiosidad tributaria. Aunque se observaron algunas mejoras leves en comparación con 2023, el gobierno no consideró estos resultados suficientes y ordenó buscar un reemplazo.
El funcionario reemplazante será el viceministro general de Hacienda, Carlos Emilio Betancourt Galeano, encargado de liderar temporalmente la entidad mientras se selecciona un director permanente. Desde el Ministerio de Hacienda expresan confianza en su perfil técnico e experiencia en planeación fiscal para estabilizar la institución, que en los últimos tres años ha tenido cuatro directores diferentes.
La rotación en la dirección de la Dian refleja una problemática mayor: la falta de continuidad y una política fiscal sin una reforma estructural que permita aumentar el recaudo sin depender de cambios administrativos frecuentes. Anteriormente, pasaron por el cargo Luis Carlos Reyes y Jairo Orlando Villabona, quienes también enfrentaron críticas por metas consideradas «irrealistas» y una política tributaria con poca flexibilidad.
Bajo la gestión de Llinás, se impulsaron iniciativas para modernizar la tecnología de la Dian y simplificar trámites, además de luchar contra la evasión, cuya cifra estimada el funcionario calificó como «insostenible» al superar los 100 billones de pesos anuales. Sin embargo, estos esfuerzos no lograron revertir las cifras de ingreso, evidenciando la necesidad de una estrategia de fondo.
El cambio en la dirección de la Dian no solo responde a una necesidad de disolver incertidumbre, sino a la urgencia de que la entidad recupere estabilidad, autonomía y una visión a largo plazo. La gestión del gobierno, con Betancourt en la cabeza de manera interina, busca garantizar recursos para el Estado sin depender de cambios frecuentes en la dirección, asegurando así un camino más sólido hacia la sostenibilidad fiscal.