Gwyneth Paltrow vuelve a ser el centro de atención en la portada de British Vogue, en un momento clave de su vida y carrera. Tras más de 30 años bajo el escrutinio público, la actriz y empresaria hace una reflexión sobre su proceso de reinvención, la autenticidad y el legado que desea dejar.
En una entrevista en su casa de Amagansett, en los Hamptons, Paltrow abordó la compleja relación entre su imagen pública y su búsqueda de realismo personal. La estrella admitió que la constante exposición mediática y la energía que la rodea, ya sea positiva o negativa, son desafíos que la llevaron a reconectarse con su verdadera esencia: “Lo que resulta difícil, creo, es sentir cuando hay mucha energía girando a tu alrededor. Necesitaba reparar y profundizar en quién soy, qué es importante para mí y por qué estoy aquí”.
Este proceso de autoconocimiento la ha llevado a una mayor autocompasión y honestidad consigo misma. “Ahora soy mucho más indulgente conmigo misma”, afirmó, valorando la madurez como una herramienta para relativizar las presiones y priorizar su bienestar.
Su regreso al cine con la película Marty Supreme, dirigida por Josh Safdie y coprotagonizada por Timothée Chalamet, marca un regreso a los papeles protagónicos fuera del universo Marvel, en el que participó durante casi 15 años. En la película, Paltrow interpreta a Kay Rockwell, una estrella del cine retirada que encarna una cualidad de nobleza inalcanzable, muy apreciada por el director.
Paltrow reconoce que el rodaje fue desafiante, especialmente por la exposición en las calles de Nueva York, que le recordó los comienzos de su carrera. “Tengo PTSD por lo fotografiada que fue mi vida hace 30 años”, compartió con British Vogue. Sin embargo, celebra el entusiasmo que ha generado su regreso, especialmente entre las generaciones más jóvenes, y la oportunidad de reencontrarse con sus raíces artísticas.
En su vida personal, Paltrow expresa una búsqueda constante de equilibrio y gratitud familiar. Con sus hijos, Apple y Moses, en la universidad, y su matrimonio con Brad Falchuk consolidado, asegura que la estabilidad y los rituales cotidianos le brindan paz: “Estoy en paz cuando estoy en casa y, con suerte, tengo a un par de hijos cerca. También me siento muy afortunada por mi matrimonio y nuestra amistad”.
La actriz rememora su proceso de divorcio con Chris Martin y el polémico concepto de “conscious uncoupling”, que hoy considera una fuente de orgullo: “Me siento muy orgullosa de cómo lo vivimos. Muchas personas me agradecen por ese ejemplo y por ayudar a crear ese modelo”.
Paltrow también aborda la gestión de su imagen y la crítica mediática, que recientemente volvió a la palestra con la publicación de una biografía no autorizada por Amy Odell. La actriz denuncia el sexismo de ciertos enfoques y defiende su derecho a controlar su narrativa, con transparencia y autocrítica.
En conclusión, la vida y carrera de Gwyneth Paltrow están marcadas por errores y logros que le han enseñado a aprender de ambos. La autenticidad y la reinvención continúan siendo sus mayores fortalezas en un camino de continuo crecimiento personal y profesional.
