¿Hasta cuándo?: Cómo el hartazgo crece en La Paz por los asaltos en la carretera México-Puebla y qué exigen los vecinos

25/11/2025 17:00 | 2 min de lectura

¿Hasta cuándo?: Cómo el hartazgo crece en La Paz por los asaltos en la carretera México-Puebla y qué exigen los vecinos

¿Te imaginas viajar por la carretera México–Puebla y tener que enfrentarte a una ola constante de robos? Esa es la realidad de muchos vecinos en La Paz, especialmente en las zonas altas de San Isidro, como Tecomatlán y Ampliación Mariel.

El miedo y la frustración se han convertido en compañeros diarios para quienes circulan por la Carretera Federal México–Puebla, sobre todo entre La Olimpia y los límites con Ixtapaluca. Los residentes han reportado un incremento alarmante en los asaltos en transporte público, una situación que no puede seguir así.

Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) muestran que el Estado de México representa cerca del 40% de los robos en transporte público a nivel nacional. Entre enero y septiembre de 2024, se abrieron más de 900 carpetas de investigación en la entidad, posicionándola como la zona más afectada por este delito.

En respuesta a esta problemática, una comisión vecinal respaldada por el Movimiento Antorchista se reunió con autoridades del área de Prevención del Delito, entre ellas el Lic. Nicolás, el oficial Horacio y una oficial de Género. ¿El objetivo? Establecer una estrategia concreta.

Durante la mesa de trabajo, se acordó mantener una comunicación directa con las rutas de transporte y poner en marcha operativos en horarios específicos y en los puntos más peligrosos del tramo carretero, uno de los más inseguros en el oriente del Valle de México.

Las organizaciones de movilidad destacan que la carretera México–Puebla se encuentra entre los cinco corredores con mayor incidencia de robos violentos en el Estado de México durante 2024. Esto solo suma a la desesperación de los habitantes que exigen soluciones concretas.

Los vecinos de La Paz no piensan dejar que este tema quede en promesas. Han asegurado que continuarán organizados y vigilantes para exigir acciones reales que mejoren su seguridad. La preocupación crece, y con ella, la esperanza de que las autoridades respondan pronto, porque años de asaltos recurrentes solo han profundizado el hartazgo y la impotencia en la comunidad.

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