Los residentes de Beauvais, municipio al norte de París, quedaron sorprendidos tras la detención de un hombre de 33 años por parte de la policía nacional del departamento de Oise. Según informaron las autoridades en sus redes sociales, el sospechoso fue capturado el pasado 12 de octubre tras disfrazarse de scout para infiltrarse entre los jóvenes que asistían a un servicio religioso en la iglesia de Saint-Etienne.
El atacante, semeja haber aprovechado su disfraz para camuflarse entre los feligreses durante la misa dominical, cuando sustrajo diversos objetos personales, además de apropiarse de artículos de la sacristía. La acción no pasó desapercibida, pues un policía fuera de servicio logró detenerlo, recuperando los objetos robados. La investigación continúa en marcha.
La iglesia de Saint-Etienne, uno de los monumentos más emblemáticos de Beauvais, es un destacado ejemplo de transición entre el arte románico y el gótico. Construida en el centro histórico de la ciudad, conocida antiguamente como la “ciudad anillada”, su historia está marcada por incendios, reconstrucciones y cambios sociales y religiosos a lo largo de los siglos. En la antigüedad, en ese mismo lugar, existió un balneario galorromano, destruido en el año 275 durante invasiones germánicas, y evidencias arqueológicas sugieren la existencia de un menhir prehistórico.
San Fermín, evangelizador de la región, fue arrestado en esa zona y, tras su liberación, se levantó una iglesia dedicada a San Esteban en el lugar donde fue detenido. La iglesia sirvió como centro de culto en Beauvais, especialmente cuando en 982 albergó por doce años las reliquias de San Vaast, obispo de Arras, conocido por sus milagros en la región.
Tras un gran incendio en 1180 que dañó extensamente la ciudad e iglesias cercanas, se construyó un nuevo templo en el siglo XII, cuyo estructura aún se puede apreciar. Posteriormente, en el siglo XVI, se emprendieron obras en estilo gótico flamígero para ampliar el coro, incluyendo la instalación del altar mayor en 1522, vidrieras suntuosas, un imponente jubé y una cerca para los canónigos. Durante el siglo XVIII, el templo fue embellecido y reparado, especialmente tras un huracán en 1702 que dañó el coro.
Durante la Revolución Francesa, Saint-Etienne sufrió daños severos, con campanas fundidas, mobiliario vandalizado y el techo parcialmente destruido. Fue reutilizada como almacen de forraje y su estructura fue afectada, incluyendo la destrucción de parte del coro y la rotura de la cúpula. La iglesia retornó a su función religiosa en 1796, con la incorporación de un órgano y campanas recuperadas de la antigua iglesia San Salvador.