En una entrevista que se vuelve un testimonio vivo de la historia argentina, Horacio Jaunarena, de 82 años, comparte en primera persona un momento crucial: su encuentro con Aldo Rico durante el intento de sublevación militar en Campo de Mayo. Como ministro de Defensa de Raúl Alfonsín, Jaunarena relata cómo enfrentó a los militares sublevados, negándose rotundamente a sus exigencias.
"Entré solo con mi ayudante y apareció Rico con unos ocho o diez tipos al lado. Me dijo: ‘Nosotros queremos cinco cosas. Primera, amnistía; segunda, poner a los jefes del Ejército que queremos; tercera, un presupuesto veinte veces mayor; cuarta, que no haya más juicios; y quinta, una mejora de sueldo’.
Yo le respondí: ‘A la primera no, a la segunda no, a la tercera no, a la cuarta no y a la quinta no’. Le expliqué que venía en nombre del presidente, con la orden de rendirlos, pero que la opinión de toda la gente en toda la Argentina era contraria a esa insurrección.
"Le advertí que si permitía su entrada, esto terminaría en una masacre, y le sugerí que se rindieran. Le dije que a mil metros de allí había miles de personas dispuestas a actuar si se desataba la violencia, y que no quería que eso terminara en muerte de ninguno de los involucrados".
El relato de Jaunarena prosigue con detalles sobre la intervención del entonces presidente Raúl Alfonsín y las circunstancias que rodearon ese momento de tensión. Mientras Alfonsín rezaba en una capilla, Jaunarena aclara que no hubo negociaciones sobre la Ley de Obediencia Debida y que el gobierno actuó con responsabilidad y ética en un contexto único en el mundo.
Su libro, "La casa está en orden", no solo narra esa crisis, sino que también aborda la difícil decisión de juzgar a los militares por violaciones a derechos humanos y desmitifica la llamada "teoría de los dos demonios", aclarando que no fue un acuerdo, sino una elección ética basada en distinguir entre órdenes, cumplimiento y excesos.
Con una visión de la política y la seguridad, Jaunarena reflexiona sobre la evolución de la democracia en Argentina, los desafíos actuales y la creciente amenaza de la influencia de la inteligencia artificial en la política y la sociedad. Su historia revela no solo un episodio de resistencia y valor, sino también un compromiso con la construcción de un país más justo y democrático.