Las humedades en armarios y zapateros se han convertido en un problema común en muchos hogares, generando molestias por olores desagradables y la proliferación de moho en ropa y superficies internas. Afortunadamente, existen soluciones caseras y comerciales para eliminar este inconveniente y evitar su reaparición.
La ventilación adecuada de los espacios es crucial para prevenir la formación de humedad; sin embargo, en zonas cercanas a pilares de construcción, donde las temperaturas son más frías, puede ser más difícil evitar la condensación. Ante la presencia de humedad en el interior de los armarios, es importante actuar con rapidez siguiendo un procedimiento específico.
Primero, se recomienda limpiar las áreas afectadas aplicando un spray antihumedad o una mezcla casera de una parte de lejía y dos de agua. Después de rociar la superficie, se debe frotar con una esponja o estropajo hasta eliminar las manchas y dejar secar completamente.
Luego, se debe aplicar un tratamiento preventivo, especialmente en armarios empotrados sin revestimiento de madera o en aquellos fabricados con madera maciza. Para estos últimos, es recomendable usar productos antimohos o antihumedad específicos para madera. Tras el tratamiento, conviene pintar o barnizar la superficie con productos diseñados para prevenir la humedad, disponibles en centros de bricolaje y ferreterías.
Para mantener el interior seco, también se recomienda colocar un deshumidificador, especialmente en espacios grandes. Entre las opciones comerciales, los contenedores de cloruro de calcio son efectivos y económicos, ya que absorben la humedad y almacenan el agua en su interior. Algunos modelos incluyen fragancias para neutralizar malos olores y son ideales para armarios grandes.
Otra alternativa son los sobres de silicagel, comunmente utilizados en bolsos nuevos, que resultan útiles en zapateros y cajones, y también existen versiones con perchas para colgarlos en la barra del armario. En casos más severos, un deshumidificador eléctrico puede ser la mejor opción, aunque su tamaño los hace más adecuados para vestidores o armarios de mayores dimensiones.
Entre los remedios caseros, las bolsitas de carbón vegetal, hechas con carbón de barbacoa sin aceleradores de combustión, son muy efectivas. Se colocan en bolsitas o recipientes de cristal con tapa perforada, ayudando a absorber humedad y malos olores, siempre manteniendo su renovación frecuente.
El arroz en pequeñas bolsas de tela, colocadas en los cajones cada dos o tres semanas, ayuda a evitar olores; y el bicarbonato de sodio, que actúa como desodorizante, puede combinarse con el arroz para potenciar su efecto. Estos métodos simples y económicos constituyen una alternativa efectiva para mantener secos y libres de moho los interiores de armarios y zapateros.