Las vacaciones escolares, ansiosamente esperadas por estudiantes y familias, representan un reto económico para los comerciantes ambulantes que operan cerca de las instituciones educativas, ya que sus ventas caen considerablemente durante este periodo.
Reportes de vendedores indican una disminución de hasta el 80% en comparación con sus ingresos habituales. Una comerciante instalada cerca de la Preparatoria 3 de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) comentó: ‘Sí baja feo la venta, yo digo que más del 80% sí caen’, refiriéndose a la venta de jugos, refrescos y botanas.
La principal fuente de sustento de estos vendedores son los estudiantes, quienes suelen comprar en la salida de las escuelas. Cuando estas cierran por descanso, las ventas se desploman. María, vendedora de bolis frente a una primaria, explicó: ‘Son los niños los que piden el dulce a la salida de la escuela. Si ahorita no van, y nos ponemos, pues seguro es poquito lo que uno va a vender’.
El efecto de las vacaciones no solo afecta a quienes están junto a las instituciones educativas. Comerciantes de otros rubros, como tamaleros, tiendas de abarrotes y recaudadores, también enfrentan bajas en sus ventas. Un joven que vendía tamales en una esquina mencionó: ‘Por ejemplo, ahorita ya van a pasar de las 11:00 y todavía no termino de vender los tamales. Cuando vienen los de la escuela, acabo más pronto’.
Encargados de tiendas de abarrotes y fruterías señalaron que durante el ciclo escolar, los padres de familia compran fruta y verdura en los horarios de salida de sus hijos, pero en vacaciones ese movimiento desaparece, reduciendo las ventas notablemente.
Para afrontar esta situación, algunos comerciantes optan por ahorrar durante los meses de clases para surtir en las vacaciones, mientras otros intentan cambiar de ubicación, aunque admiten que no es sencillo, ya que las reglas y preferencias de los clientes pueden ser estrictas.
María, por ejemplo, comenta: ‘Lo que yo hago es guardar un poquito, ahora sí que prevenir, porque una ya sabe que es lo mismo cada año. Vender en otro lado no es tan fácil, luego la gente es celosa con su lugar o piden permisos’.
Finalmente, algunos comerciantes aprovechan estos días para descansar y recargar energías. María concluye: ‘También se vale estar en casa y descansar. Hay que aprovechar estos días para hacerlo’.