Cancún, Q. Roo.- La Secretaría de Economía advirtió sobre las repercusiones que tendrán los aranceles del 25 por ciento a la importación de vehículos pesados fabricados en México, propuestos por Estados Unidos, en el mercado y en la estructura de costos de esta industria.
El subsecretario de Industria y Comercio, Vidal Llerenas Morales, expresó su preocupación por la medida, aunque indicó que no se anticipan cierres de plantas mexicanas, sí se contemplan ajustes en las líneas de producción.
“Seguramente habrá afectaciones en el mercado. Difícilmente veremos que alguna empresa cierre, porque la productividad en México, en mano de obra y logística, es mayor”, comentó Llerenas tras su participación en la Convención Nacional de Canacar 2025.
Asimismo, recordó que en el caso de los aranceles anteriores a vehículos ligeros no hubo cierre de empresas, sino reubicaciones de líneas productivas, y se espera que algo similar ocurra con los camiones pesados.
El funcionario destacó que al menos el 70 por ciento del contenido de un vehículo pesado fabricado en México proviene de la región de Norteamérica, lo que evidencia el alto nivel de integración productiva en riesgo.
Por su parte, Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), advirtió que estas medidas representan un golpe a la integración regional y recordó que México y Estados Unidos no compiten, sino que se complementan.
“Estamos muy bien integrados en todos los sectores productivos”, afirmó.
Cervantes explicó que una delegación de empresarios y funcionarios mexicanos viajará a Washington del 20 al 22 de octubre para reunirse con congresistas, funcionarios y representantes de la iniciativa privada estadounidense, con el objetivo de exponer los riesgos de la medida y buscar alternativas.
Entre las estrategias consideradas está incrementar el contenido nacional en la fabricación de vehículos pesados, lo cual reduciría la exposición del país a restricciones arancelarias.
Rogelio Arzate, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), coincidió en que el nuevo impuesto afectará de inmediato la estructura de costos y se sumará al impacto de aranceles anteriores.
Aunque hasta ahora no se han reportado pérdidas de empleo ni cierres, explicó que el principal riesgo es el aumento en el costo de las unidades nuevas, lo que podría perjudicar la competitividad de México frente a otros mercados.