Una serie de grafitis con símbolos satánicos y referencias al black metal en diversos puntos de Pehuen Co fue el primer indicio de un episodio que sacudió a esta localidad balnearia del sudoeste bonaerense. La noche del sábado, a la 1:15 de la madrugada, un incendio destruyó por completo la Capilla Sagrada Familia, el principal templo de la ciudad, dejando a la comunidad en estado de shock y tristeza.
El siniestro, que duró cuatro horas y fue controlado con la intervención de dos dotaciones de bomberos, fue confirmado mediante pericias preliminares como un acto intencional. Las investigaciones apuntan hacia un posible trasfondo relacionado con el satanismo y la cultura del black metal, debido a las pintadas halladas en las cercanías, incluyendo leyendas como 'CALL 666', cruces invertidas y estrellas de cinco puntas.
La causa, bajo la responsabilidad de la Unidad Funcional de Responsabilidad Penal Juvenil de Bahía Blanca, llevó a un allanamiento en una vivienda de la calle 9 de Julio. Allí se incautaron prendas con manchas de pintura, vestimenta usada en el ataque y material relacionado con los grafitis y el incendio. Según Gabriel Álvarez, secretario de seguridad de Coronel Rosales, el diagnóstico fue rápido gracias a la detección de marcas y pintadas con características particulares, además del análisis de cámaras y redes sociales.
El responsable resultó ser un adolescente de 15 años, residente en la villa balnearia, quien habría confesado a su madre y abuelo su participación en los hechos. Fue el propio abuelo quien, tras la confesión, denunció a la policía. El menor fue encontrado caminando en la calle, quedó detenido, y posteriormente fue llevado al Hospital Municipal de Punta Alta por un cuadro de intoxicación, no descartándose su traslado a un centro de salud mental.
La dramatización del caso aumentó cuando el joven publicó en su cuenta de Instagram un video en el que se lo veía ingiriendo pastillas y sosteniendo una soga, en lo que parecía ser un intento de suicidio. La policía acudió y lo encontró semidesvanecido en un camping, trasladándolo de urgencia para atención médica.
Las investigaciones que incluyeron análisis de cámaras, redes sociales y testimonios lograron vincular al adolescente con ambos hechos: el incendio y las pintadas. Se reveló que sigue una tribu urbana relacionada con bandas de black metal, un género musical surgido en los años 80 en Europa del Norte, conocido por su estética extrema, rechazo al cristianismo y, en algunos casos, su vinculación con movimientos satánicos.
Este subgénero, que tiene raíces en discos como 'Black Metal' de Venom (1982), se caracterizó por voces guturales, guitarras distorsionadas, baterías aceleradas y el uso del corpse paint para crear una imagen cadavérica. En Noruega, algunos músicos como Euronymous y Varg Vikernes (bajo el alias Count Grishnackh) lideraron una escena que, en su búsqueda por la resistencia cultural, incursionó en la quema de iglesias medievales en los años 90, en una provocación contra el cristianismo y en una tentativa de volver a promover antiguas tradiciones paganas.
Los incidentes, incluyendo la quema de la iglesia Fantoft Stave en 1992, también desencadenaron una ola de violencia que destruyó más de cincuenta iglesias en Noruega durante esa década, fracturando la sociedad por el impacto de estos actos en su pacifismo cultural.
En Pehuen Co, la comunidad fue testigo de la destrucción de su iglesia, una edificación que parte de sus piedras fue traída del naufragio del barco La Soberana en 1879 y que fue construida en 1957, casi un símbolo de la identidad local. El sacerdote Adán Caraballo expresó su dolor y llamó a la comunidad a la oración, destacando también un 'milagro': la llave del sagrario quedó intacta y la imagen de la Virgen permaneció entre las ruinas, signos de fortaleza espiritual ante la tragedia.