Las acciones y bonos argentinos cerraron en baja este jueves, influenciados por un día negativo en Wall Street y por las persistentes presiones cambiarias en el mercado interno. La devaluación del peso continúa, a pesar de las ventas directas de dólares por parte del Tesoro de Estados Unidos, que no lograron revertir la tendencia.
Con el paso de los días, el respaldo financiero de EE. UU. parece debilitarse, dejando en segundo plano la protección de los inversores, que aguardan medidas concretas para reducir la incertidumbre sobre el esquema cambiario y la estrategia de reservas del Banco Central.
Fuentes del mercado informaron a Infobae que las ventas de divisas en el segmento contado del Tesoro estadounidense alcanzaron los USD 120 millones este jueves, tras unos USD 100 millones vendidos el miércoles. En horas del cierre, el Banco Citibank comunicó la ejecución de operaciones al contado de USD/ARS en nombre del Departamento del Tesoro de EE. UU. en el mercado local, siendo el Banco Santander el agente que intervino en días anteriores.
Por su parte, el dólar mayorista subió nuevamente, al igual que en la jornada anterior. El tipo de cambio comercial aumentó 22 pesos (1,6%) para cerrar en 1.402 pesos por dólar, alcanzando su nivel más alto desde la intervención directa iniciada por la administración Trump, hace una semana.
Nicolás Merino, operador de ABC Mercado de Cambios, explicó que la demanda llevó al dólar a aproximadamente 1.490 pesos, en un escenario de escasa oferta y creciente presión compradora. La intervención del Tesoro en los últimos minutos, vendiendo a precios menores, presidió la caída del cierre en 1.402 pesos.
El régimen de reglas cambiarias del Banco Central, vigente desde el 14 de abril, establece un límite superior de 1.488,59 pesos, lo que implica una banda de seguridad del 6,2% respecto al cierre mayorista.
El dólar minorista en bancos terminó con una alza de 20 pesos (1,4%), en 1.425 pesos en el Banco Nación. En octubre, acumula una subida de 25 pesos (1,8%). El Banco Central informó que en las entidades financieras, el dólar al público promedió 1.441,96 pesos para la venta, un aumento de casi 34 pesos respecto al día anterior.
Los dólares financieros también aumentaron, con el dólar MEP alcanzando los 1.465,22 pesos y el dólar contado con liquidación llegando a 1.488,52 pesos, máximos desde octubre 8, previos a la intervención estadounidense.
Los contratos de dólar futuro mostraron alzas de entre 0,7% y 1,3%, con negocios por 1.279 millones de dólares en total. Las expectativas se centraron en los contratos de fin de octubre, que subieron casi 11 pesos (0,8%) a 1.439,50 pesos, todavía por debajo del techo de 1.501 pesos de la banda.
Por último, el dólar blue cerró con una ganancia de 15 pesos (1%), en 1.465 pesos por venta, tras haber alcanzado un máximo intradía de 1.470 pesos.
En cuanto a reservas internacionales, el Banco Central redujo sus posiciones en 37 millones de dólares, alcanzando 41.701 millones, su nivel más bajo desde septiembre 30.
La Bolsa de Buenos Aires, medida por el índice S&P Merval, subió 0,9% en pesos, cerrando en 1.929.505 puntos, mientras que los bonos soberanos cayeron en promedio un 1%. Las acciones de empresas argentinas en Wall Street, como Edenor y Banco Supervielle, registraron pérdidas significativas.
En un contexto de turbulencia financiera, el Ministerio de Economía de Argentina liberó cerca de 2,1 billones de pesos mediante la renovación parcial de vencimientos en pesos, buscando aliviar la presión sobre las tasas. Sin embargo, solo logró un 45% de rollover en la última licitación previa a las elecciones.
Ignacio Morales, de Wise Capital, destacó que la incertidumbre electoral genera volatilidad, llevando a los ahorristas a cambiar entre dólar y plazos fijos para proteger sus ahorros. Las tasas cortas en pesos alcanzaron dígitos positivos, influenciadas por las declaraciones del expresidente Trump, que condicionaron el apoyo de EE. UU. a la Argentina según los resultados electorales.
Gustavo Ber, de Estudio Ber, añadió que, pese a anuncios de apoyo financiero, la esperanza en la continuidad de esos paquetes disminuye, reflejándose en la respuesta de los activos locales.