El Programa Sectorial de Anticorrupción y Buen Gobierno 2025-2030, publicado recientemente en el Diario Oficial de la Federación, advierte que la transparencia gubernamental en México podría tocar fondo en este sexenio. Este documento refleja las prioridades del gobierno federal y sus metas a largo plazo en servicio público.
Desde el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador en 2019, México presentaba un puntaje de 0.9 en el índice de Transparencia desde la Perspectiva Gubernamental, una medición que evalúa el acceso a la información, transparencia proactiva y datos abiertos. Sin embargo, este indicador ha ido en descenso: 0.88 en 2021 y 0.84 en 2023. Se proyecta que en 2025 el índice caiga a 0.64, una disminución que algunos atribuyen a la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
El programa estima que, para 2028, la calificación podría mejorar a 0.91 y en 2030 a 0.94, lo que indicaría avances significativos. La evaluación de la transparencia se basa en las Métricas de Gobierno Abierto, desarrolladas previamente por el INAI en colaboración con el Colegio de México, aunque ahora esas funciones están en manos de la Secretaría de la Función Pública.
El documento señala que la 4T (cuarta transformación) busca fortalecer el bienestar mediante una visión anticorrupción y de buen gobierno, cimentada en una ética pública que promueva la honestidad, eficacia, dignificación, profesionalización y transparencia proactiva. El objetivo es castigar la corrupción, eliminar el desperdicio, mejorar la fiscalización, fomentar la denuncia ciudadana, garantizar la transparencia y generar ahorros en recursos públicos.
El programa destaca que, si se cumplen las estrategias y acciones planificadas, para 2030 se habrán logrado avances importantes en construir un gobierno más sensible y cercano a la ciudadanía, combatiendo la corrupción e impunidad. Sin embargo, expertos y observadores alertan que las condiciones actuales indican un retroceso en la transparencia, por lo que el futuro dependerá de la capacidad del gobierno para mantener una evaluación objetiva y auténtica de sus avances.