El cráter activo del volcán Popocatépetl representa un gran riesgo para quienes intentan explorar su interior, pero un equipo de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha logrado, mediante el uso de inteligencia artificial (IA), obtener datos precisos sobre su estructura interna para entender mejor su comportamiento.
Desde su reactivación en 1994, tras un periodo de inactividad, investigadores han estudiado este volcán, conocido como “Don Goyo”, que tiene más de 730 mil años de antigüedad. Publicados en ScienceDirect, los científicos explicaron que para el proyecto se instalaron 18 estaciones sísmicas en diferentes puntos del volcán, que registran al menos cien mediciones por segundo.
Tradicionalmente, analizar tanta cantidad de datos podría tomar cerca de un año, pero gracias a la IA, los estudiantes de Posgrado en Ciencias de la Tierra pudieron procesar la información en solo unas horas, utilizando un sistema que detecta y clasifica los tipos de sismos relacionados con el movimiento magmático.
Uno de los estudiantes participantes señaló que, debido a la naturaleza peligrosa del volcán, las expediciones se llevaron a cabo en condiciones extremas, enfrentando riesgos como la expulsión de ceniza o material incandescente.
Los resultados del estudio sugieren la existencia de un sistema magmático en forma de hongo dentro del volcán, dividido en dos regiones: una debajo del nivel del mar y otra ubicada entre 4 y 7 kilómetros sobre la superficie, ambas conectadas por un conducto estrecho.
Se considera que el magma es homogéneo y se almacena principalmente en la región más profunda, alimentándose de magma basáltico primitivo, lo que indica que solo existe un pequeño reservorio en lugar de una gran cámara magmática.
Además, se propone que dentro del volcán hay una red o “enjambre” de diques y umbrales que conforman un reservorio magmático profundo, posible cámara que alimenta las manifestaciones volcánicas.
Este avance en la comprensión del Popocatépetl no solo aporta datos sobre su estructura interna, sino que también ayuda a mejorar las estrategias de monitoreo y prevención ante su actividad.