La lateral de la carretera México-Toluca, a la altura del Centro de Justicia de Lerma, presenta un encharcamiento superior a 30 centímetros que ocupa ambos carriles durante más de 80 metros, convirtiendo este tramo en un paso peligroso para los automovilistas. Los conductores deben usar la banqueta para evitar que sus vehículos queden atascados o dañados por los baches cubiertos de agua.
Este corredor es uno de los más transitados, ya que conecta la Ciudad de México con Toluca, Ocoyoacac y Lerma, además de facilitar el acceso a la zona industrial de Lerma. Sin embargo, las condiciones actuales han provocado un tránsito lento, especialmente en horarios de entrada y salida de centros laborales y educativos, con filas de automóviles que avanzan con extrema precaución entre las 7:30 y las 9:00 horas.
La acumulación de agua oculta numerosos baches, algunos de 20 a 30 centímetros de profundidad y más de un metro de diámetro, lo que incrementa el riesgo para los conductores. Un testimonio señala: “El viernes pasado, vi cómo un tráiler pasó por la carretera y cayó en un hoyo, incluso se inclinó de lado. Está muy feo pasar por ahí”.
Cada temporada de lluvias este tramo suele inundarse, pero en esta ocasión la situación se ha agravado debido a las precipitaciones constantes, y a pesar de múltiples reportes, ninguna autoridad ha intervenido para mejorar la vía.
El problema también afecta la zona de Zapata, en el cruce de la México-Toluca con la entrada a San Mateo Atenco, donde los peatones sufren principalmente por encharcamientos que alcanzan los 20 centímetros de altura.
El Sistema Meteorológico Nacional indica que la temporada de lluvias podría extenderse hasta diciembre, pronosticando que las inundaciones, encharcamientos y escurrimientos continuarán afectando diversas áreas del valle de Toluca.