
El barrio El Chingo de San Salvador de Jujuy permanece conmocionado por un trágico doble hecho: una madre de 56 años fue asesinada por su hijo de 19 años, quien posteriormente convivió con el cuerpo durante varios días y terminó suicidándose al arrojarse desde un puente. Tras la autopsia que confirmó la causa y la fecha de muerte de la mujer, las autoridades profundizan la investigación, incluyendo el análisis del teléfono celular del joven, principal sospechoso.
El caso tomó relevancia pública el pasado 14 de octubre, cuando el joven descendió de un Ford Focus gris en el puente San Martín, que conecta los barrios Centro y Chijra, y se arrojó al Río Grande, siendo trasladado en estado crítico al Hospital Pablo Soria, donde falleció en la madrugada siguiente.
Horas antes, bomberos acudieron a una vivienda del barrio El Chingo por un principio de incendio en el sector delantero de la vivienda que compartía con su madre. Durante la extinción, encontraron el cuerpo de la mujer, cubierto con una manta y restos de una media sombra en el patio. Los primeros peritajes indicaron que sufrió múltiples heridas de arma blanca y que había fallecido días atrás.
La conexión entre estos sucesos llevó a que la hipótesis principal sea un "matricidio seguido de suicidio". Sin embargo, el Ministerio Público de la Acusación mantiene abiertas todas las líneas investigativas para descartar la participación de terceros en la muerte de la mujer.
En las pesquisas, se analizó el teléfono móvil del joven, sin detectar indicios de intervención de otras personas en el homicidio. Aún resta definir qué arma fue utilizada, ya que, pese a descartar elementos punzocortantes en la peluquería de la víctima, se hallaron rastros de sangre en dos cuchillos en la vivienda, presuntamente usados por el agresor.
El informe final de las autopsias reveló que la víctima recibió 14 heridas de arma blanca en abdomen, pecho y cuello, y que su fallecimiento fue por shock hemorrágico. Además, se encontraron marcas que sugieren intentos de defensa, evidenciando que resistió el ataque.
Las muestras de ADN tomadas debajo de las uñas de la mujer serán clave para identificar al agresor y reconstruir la secuencia de los hechos. Según el fiscal Diego Cussel, no existían antecedentes previos de violencia o denuncias en la familia, y aunque se detectaron indicios de consumo y adicción a videojuegos en el joven, no se concluyó una dependencia.
Con la muerte del sospechoso, la causa se encuentra en fase de extinción penal, pero las investigaciones continúan para esclarecer si hubo participación de otras personas y determinar con mayor precisión el patrón de los hechos.