El informe confidencial del OIEA señala que Irán aceleró su producción de uranio enriquecido, alcanzando 408.6 kg al 17 de mayo, un aumento de 133.8 kg en tres meses, superando 45 veces el límite del acuerdo nuclear de 2015. La cantidad de uranio enriquecido cercano al 60%, casi al nivel necesario para armas nucleares, genera preocupación internacional. Irán rechazó el informe, calificándolo de político y basado en fuentes israelíes. Mientras tanto, en Viena, Irán y EE.UU. mantienen diálogos para un nuevo acuerdo, con Irán afirmando que responderá a una propuesta estadounidense y EE.UU. acercándose a un posible acuerdo. La disputa principal es el enriquecimiento de uranio: EE.UU. exige su suspensión total, Irán defiende su derecho civil. En Roma, ambas delegaciones no lograron avances durante su última ronda de negociaciones. Irán también considera permitir inspecciones de EE.UU. bajo el OIEA, la primera desde 1979, si las condiciones son las adecuadas. Sin embargo, la cooperación de Irán sigue siendo limitada, dificultando las verificaciones en instalaciones no declaradas, según el OIEA.
