Irán anunció este miércoles la suspensión de su cooperación con la Agencia de Energía Atómica de las Naciones Unidas (OIEA), en medio de un aumento de tensiones tras el reciente conflicto con Israel. La guerra de 12 días, que inició el 13 de junio con bombardeos israelíes, agravó el enfrentamiento entre Teherán y el organismo internacional. Al día siguiente del alto el fuego, aprobado por Estados Unidos, el poder legislativo iraní aprobó una ley que suspende vínculos con el OIEA, ratificada posteriormente por el Consejo de Guardianes y promulgada esta semana por el presidente iraní, Masud Pezeshkian. La decisión generó rechazo en Israel, país con el que Irán mantiene una histórica enemistad desde la Revolución Islámica de 1979. El ministro israelí de Relaciones Exteriores, Gideon Saar, solicitó a la comunidad internacional que intensifique las sanciones a Irán y que se tomen todas las medidas para frenar sus ambiciones nucleares, además de instar a Alemania, Francia y Reino Unido a reactivar las sanciones existentes. Autoridades iraníes acusaron al OIEA de mantenerse en silencio ante los ataques israelíes y estadounidenses contra sus instalaciones nucleares, además de criticar una resolución del 12 de junio que acusaba a Irán de incumplir sus obligaciones nucleares, la cual consideraron como una justificación para los bombardeos israelíes. Irán rechazó una visita solicitada por Rafael Grossi, director del OIEA, a los sitios nucleares atacados, y medios como el diario ultraconservador Kayhan difundieron que existen documentos que señalan a Grossi como espía israelí, sugiriendo que debería ser ejecutado. El portavoz de la cancillería iraní, Esmail Baqai, afirmó que la suspensión refleja el enojo y preocupación del pueblo iraní. La escalada bélica comenzó cuando Israel lanzó ataques que lograron eliminar a altos mandos militares y científicos nucleares iraníes, a lo que Teherán respondió con misiles y drones contra Israel. Estados Unidos, aliado de Israel, también intervino bombardeando instalaciones nucleares iraníes en Fordo, Isfahán y Natanz. Hasta la fecha, el conflicto ha causado más de 900 muertes en Irán y 28 en Israel. El expresidente Donald Trump afirmó que las instalaciones iraníes quedaron 'totalmente destruidas', aunque la magnitud de los daños sigue sin aclararse.