Jair Bolsonaro, acusado de golpismo en Brasil, deberá usar brazalete electrónico y cumplir medidas cautelares

Por: Equipo de Redacción | 18/07/2025 09:00

Jair Bolsonaro, acusado de golpismo en Brasil, deberá usar brazalete electrónico y cumplir medidas cautelares

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue trasladado a la sede de la Policía Federal en Brasilia, donde le colocarán una tobillera electrónica como parte de las medidas cautelares dictadas por la Justicia. La Policía Federal registró en la mañana su residencia en la capital, en una operación ordenada por la Suprema Corte, responsable del juicio en el que Bolsonaro enfrenta acusaciones por intento de golpes de Estado.

Estas decisiones se toman en medio de sospechas de la Fiscalía, que acusa a Bolsonaro de posiblemente intentar obstruir la acción judicial o planear una fuga del país. Además de la tobillera, el exmandatario tiene prohibido acercarse a embajadas, comunicarse con diplomáticos extranjeros y usar sus redes sociales, donde suele descalificar el proceso en su contra.

Las medidas se toman en un contexto de presión internacional, en especial del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha insistido en que el juicio contra Bolsonaro constituye una ‘caza de brujas’. Bolsonaro es señalado por liderar, junto con exministros y militares, un complot para mantener el poder tras su derrota en las elecciones de 2022 frente al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.

Trump, por su parte, anunció un arancel adicional del 50 % a las importaciones brasileñas, citando la supuesta persecución a Bolsonaro, a quien considera víctima de una persecución política.

El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario, reside en Estados Unidos desde marzo y ha señalado que ha convencido a parlamentarios estadounidenses de presionar por sanciones a jueces y a Brasil, alegando que en el país existe una ‘dictadura’. Además, Trump envío una carta apoyando a Bolsonaro, en la que pidió poner fin a lo que considera un ‘régimen de censura’ en Brasil, y confió en un cambio de rumbo en el gobierno brasileño.