El regreso de Jorge Martínez a los escenarios, interpretando a Rafael Orozco, marcó un punto de inflexión en su carrera tras una etapa difícil en la que su intento de consolidarse como artista original casi lo llevó a la quiebra.
El artista, reconocido por su participación en ‘Yo me llamo’, contó que tras dejar de interpretar al ícono del vallenato, enfrentó un cierre masivo de oportunidades laborales y una significativa caída en sus ingresos.
En 2021, Jorge Martínez saltó a la fama nacional al coronarse en ‘Yo me llamo’ con su interpretación de Rafael Orozco. Después de una década en ese papel, decidió dejar atrás la imitación para lanzarse como cantante con su propio estilo, con el objetivo de que lo reconocieran por su talento y no solo como imitador.
“Dije que cuando se cumplieran 10 años de haber ganado ‘Yo me llamo’, me alejaba del personaje… Soñaba con tener una carrera propia, pero la realidad fue otra”, expresó en entrevista con La Red. Tras cuatro años, decidió regresar a su personaje de Rafael.
La realidad del mercado musical resultó más dura de lo que imaginaba. Martínez relató que la decisión de dejar su personaje tuvo consecuencias inmediatas y severas: aproximadamente el 70% de las oportunidades que había tenido se le cerraron, y durante casi un año permaneció sin ofertas laborales, ya que tanto el público como los empresarios seguían vinculando su imagen con Rafael Orozco.
Su intento de internacionalizarse también fue complicado. En Estados Unidos, la resistencia era evidente en varias presentaciones, donde tanto los espectadores como los organizadores insistían en ver a Rafael Orozco, no a Jorge Martínez. “Al llegar a Orlando, la publicidad era ‘Rafael Orozco’, y cuando llegué, noté la reacción del público. El empresario me dijo que había comprado a Rafael, no a Jorge Martínez… me tocó buscar un bigote”, compartió.
Aunque logró realizar algunas actuaciones como solista, estas no fueron suficientes para estabilizar su carrera ni sus finanzas. La falta de apoyo del gremio, recursos limitados y pocas colaboraciones dificultaron aún más su transición. “Se necesita un gran equipo, apoyo del gremio, colaboraciones y mucho dinero… Le propuse a un cantante de música popular poner 100 millones de pesos cada uno para un proyecto, pero me dijo que eso solo alcanzaba para un departamento”, confesó.
En junio de 2025, tomó la decisión de retomar su papel de Rafael Orozco, y desde entonces ha visto una notable recuperación. Los contratos empezaron a llegar de nuevo, y su situación financiera mejoró considerablemente. “Ahora quiero trabajar en los grandes escenarios, a lo grande”, afirmó.
A pesar del éxito reciente, Jorge Martínez no ha abandonado su sueño de ser reconocido por su propio nombre y de triunfar como solista, tanto a nivel nacional como internacional. Su historia refleja los obstáculos que enfrentan los artistas en su proceso de reinvención y cómo la conexión del público con un personaje puede complicar la construcción de una identidad artística propia.
