
La ceremonia de canonización de José Gregorio Hernández en la plaza de San Pedro en Roma marcó un evento de gran importancia para las comunidades religiosas de Venezuela y Colombia. El 19 de octubre, bajo la conducción del Papa León XIV, miles de fieles participaron en un acto en el que el médico venezolano, junto con otros seis beatos, fue oficialmente declarado santo. La canonización, según la doctrina católica, implica que el Papa afirma que la persona está en presencia eterna de Dios y establece una fecha litúrgica para su veneración, además de inscribir su nombre en el listado de santos.
La trayectoria hacia su reconocimiento como santo duró más de setenta años. Desde que en 1949, tres décadas después de su fallecimiento, fue declarado Siervo de Dios por el Papa Pablo VI en 1972, el proceso de canonización avanzó con la aprobación de milagros atribuidos a su intercesión. El Papa Francisco firmó el decreto definitivo el 25 de febrero de 2025, luego de confirmar al menos dos milagros relacionados con Hernández.
La devoción a José Gregorio Hernández es especialmente fuerte en Colombia, donde su fe se centra en sus supuestos poderes sanadores. La congregación mundial Gregoriana, con sedes en ciudades como Bogotá, Cali, Bucaramanga, Ibagué, Pereira y Villavicencio, refleja esta devoción, al igual que múltiples comunidades que realizan cultos y servicios de sanación espiritual. Estos ritmos incluyen remedios naturales y cirugías espirituales, a menudo acompañadas por objetos simbólicos como sábanas blancas, rosas rojas e imágenes del santo.
Dentro de los testimonios más destacados en Colombia se encuentran los de Astrid López Tirado, quien superó un nódulo pulmonar tras buscar ayuda mediante un médium, y Mauricio Santiago Jiménez, quien en 1982 sufrió una fractura craneal y, tras acudir a un médium vinculado a Hernández, experimentó una recuperación asombrosa, sorprendiendo incluso a los médicos. Otros devotos aseguran haber experimentado mejoras en su salud y haber recibido curaciones mediante prácticas espirituales.
José Gregorio Hernández nació en Isnotú, Trujillo, el 26 de octubre de 1864. Inicialmente interesado en el Derecho, estudió Medicina en la Universidad Central de Venezuela, graduándose en 1888. Con un profundo compromiso social, ejerció como médico en su pueblo natal y en zonas cercanas, atendiendo gratuitamente a los más pobres. Falleció el 29 de junio de 1919 tras ser atropellado mientras atendía a una enfermera.
Su figura suscita una enorme veneración no solo en Venezuela, sino también en Colombia y en las Islas Canarias, donde miles de fieles visitan su santuario, edificado en 1966 en su localidad natal de Isnotú. Allí, se han registrado más de 10,000 mensajes de agradecimiento por favores concedidos.
Pese a los numerosos testimonios, la Iglesia Católica requiere la comprobación de dos milagros para canonizar oficialmente a un santo. En el caso de Hernández, se acreditó la recuperación de una niña herida por un disparo y la inexplicable sanación de un venezolano en Estados Unidos, ambos considerados milagros que permitieron su beatificación en 2021 y su canonización en 2025.