José Jáuregui advierte: La soledad, el enemigo número uno para un envejecimiento saludable

Por: Equipo de Redacción | 04/11/2025 00:00

José Jáuregui advierte: La soledad, el enemigo número uno para un envejecimiento saludable

En un contexto global de envejecimiento acelerado, el gerontólogo argentino José Ricardo Jáuregui destaca que la soledad es el mayor enemigo del envejecimiento saludable. Frente a un modelo sanitario centrado en reaccionar ante las enfermedades, la necesidad de prevenir se vuelve imprescindible. Investigadores, como Deus Bazira de la Universidad de Georgetown en Washington, señalan que invertir en prevención resulta más económico y efectivo que tratar patologías avanzadas.

Para lograr una longevidad saludable, Jáuregui subraya que es fundamental actuar ya. Entre los cambios necesarios están la descentralización de la atención médica, el uso de tecnologías para detectar riesgos tempranos y la incorporación de salud ambiental en los planes médicos.

El especialista participó en congresos internacionales en Reikiavik y Lisboa, donde abordaron las tendencias en gerontología moderna. Según Jáuregui, la longevidad no depende solo de la genética, sino de cuatro pilares: salud, educación continua, integración social y seguridad económica.

Asimismo, afirmó que existen tres «mojones» o hitos importantes en la vejez:

1. La soledad: Reconocida como un factor que deteriora la recuperación y calidad de vida en adultos mayores, se están diseñando estrategias para reducirla. Los expertos coinciden en que la soledad constituye el peor enemigo del envejecimiento saludable, ya que su presencia puede agravar patologías socio-sanitarias y disminuir el bienestar.

2. La tecnología: Hoy, los avances tecnológicos son aliados clave, con herramientas que detectan signos de depresión y robots de compañía que mejoran el bienestar emocional, incluso en personas con discapacidades o dificultades.

3. La ortogeriatría: Esta disciplina combina ortopedia y geriatría para tratar fracturas en adultos mayores, especialmente de cadera, priorizando la recuperación funcional y la prevención de futuras fracturas. Jáuregui explica que la atención multidisciplinaria, que incluye endocrinólogos y otros especialistas, ha demostrado reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida en estos pacientes.

El Congreso Mundial de Fragilidad y Fracturas de 2016 impulsó la consolidación de la ortogeriatría, que hoy cuenta con modelos de atención como las unidades de fractura de cadera y protocolos de evaluación en las primeras 72 horas tras la cirugía. La colaboración entre ortopedistas y geriatras ha demostrado resultados superiores comparados con enfoques tradicionales, logrando menores tasas de mortalidad, tiempos de hospitalización más breves y mejor recuperación.

Asimismo, la prevención de caídas es central en esta disciplina. El estado de los músculos y el calzado adecuado, con suela de goma y buen soporte, son clave para reducir riesgos. Jáuregui aconseja que los enfermos consulten por patologías del pie, pues los avances en diagnóstico y tratamiento contribuyen a la estabilidad y evitan caídas futuras.

En definitiva, la atención integral, la prevención y el combate a la soledad conforman los ejes principales para que las personas mayores puedan envejecer con salud y calidad de vida.