El impacto de una joya debe ser equivalente a la imagen, trayectoria y estilo de quien la lleva. Este principio es fundamental en la creación de alta joyería, la cual otorga un toque de distinción a las celebridades en las alfombras rojas, ya sea mediante prendas en préstamo o propiedad de la misma famosa. Desde una gargantilla de diamantes hasta un brazalete lujoso, estas piezas pueden robar miradas o generar controversia, incluso más que la propia estrella en las fotografías.
Desde el inicio de la temporada de premios de 2025 hasta las principales galas de la moda internacional, el brillo de la alta joyería ha sido tema de polémica y admiración. Esto se evidenció en la última edición del Festival de Cannes, donde las figuras destacadas no solo destacaron por su actuación en los filmes, sino también por sus accesorios sofisticados.
Entre ellas, la actriz noruega Renata Reinsve llevó una gargantilla de la colección "Awakened Hands, Awakened Minds" de Louis Vuitton, engastada con nueve diamantes LV Monogram Star de 4.5 quilates cada uno. La minimalista pieza complementó su estilo en la gala.
Por su parte, la modelo Bella Hadid lució prendedores de esmeraldas corte radiante de la firma Chopard, que se convirtieron en el centro de su look, compuesto por un vestido negro satinado con drapeado y escote abierto.
La actriz mexicana Salma Hayek llamó la atención con un vestido ajustado y escotado de Gucci, donde lució un collar con turmalina y pedrería de alta joyería de Boucheron.
Rosie Huntington también destacó con un conjunto de piezas de Alta Joyería Tiffany, que incluían un collar de platino con un diamante de más de 18 quilates y detalles que sumaban más de 69 quilates en diamantes, así como aretes y un anillo con diamantes de diversos tamaños.
En redes sociales, la pieza que causó mayor impacto fue un collar de 481.42 quilates de diamantes naturales incoloros, lucido por la multimillonaria india Isha Ambani en la Met Gala de Nueva York en mayo. La pieza central, un diamante de 80.73 quilates con corte cojín, impresionó tanto a la prensa internacional como a expertos en moda y joyería. La joven de 33 años, heredera de los magnates Mukesh y Nita Ambani, no solo deslumbró, sino que también generó polémica al ser confundida por las asistentes de seguridad, quienes no la reconocieron hasta al acercarse.
Finalmente, Kim Kardashian mostró su afecto por la joyería de alto valor en la misma gala, luciendo una gargantilla de más de 150 diamantes de diferentes tamaños, acompañada de pendientes a juego, a pesar de su proceso legal por el robo millonario de joyas en París en 2016.