El jugo natural de tuna, reconocido por su delicioso sabor y alto potencial nutracéutico, se presenta como una alternativa efectiva para disminuir el consumo de bebidas azucaradas en las escuelas de nivel básico. Este producto es rico en antioxidantes y vitaminas, especialmente en vitamina C, que fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a prevenir enfermedades crónico-degenerativas. Así lo afirmó el profesor-investigador del Instituto de Alimentos del Departamento de Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Autónoma Chapingo, doctor Joel Corrales García, durante su participación en el Congreso Internacional de la 'Universidad Itinerante del Nopal-Tuna'.
Ante investigadores, profesores agrónomos de 10 países de Europa, África y América Latina, así como productores de nopal y tuna, Corrales García destacó que México es el principal productor mundial de tuna, con 409 mil toneladas, lo que significa el 45% del total global, superando a países como Italia, Sudáfrica, Chile, Argentina y Estados Unidos. Sin embargo, resaltó que la tuna es una fruta estacional y altamente perecedera, lo que provoca que se pierda aproximadamente el 40% de la cosecha, por lo que es necesario aprovecharla al máximo.
Tras más de una década de investigación en laboratorio, el académico explicó que se ha desarrollado una fórmula para producir un jugo de tuna natural, estabilizado y listo para su comercialización, mediante procedimientos de alta presión hidrostática y ozono. Este método permite mantener intactas las propiedades antioxidantes, vitaminas y el aroma del fruto, sin necesidad de tratamientos térmicos. Además, el jugo puede ser producido en frío, lo que favorece la conservación de sus virtudes y su sabor.
El doctor Corrales subrayó que esta innovación facilitará el aprovechamiento integral de la tuna, que es una cactácea con atributos sobresalientes en sabor, olor, color y beneficios para la salud, incluyendo la prevención de enfermedades como el cáncer. En ese contexto, sugirió que, en un esfuerzo conjunto, universidades, productores y transformadores deben intercambiar conocimientos, promover buenas prácticas agrícolas e impulsar técnicas innovadoras para la industrialización de este producto.
Finalmente, el investigador afirmó que los jugos de tuna y pitaya pueden estabilizarse sin tratamientos térmicos, permitiendo mantener sus propiedades sensoriales y nutracéuticas. Esto abre la posibilidad de comercializarlos a nivel nacional e internacional, generando mejores oportunidades para los productores. Además, invitó a empresarios y al gobierno federal a interesarse en esta investigación y a apoyarla para su producción a gran escala, especialmente en la distribución en escuelas de nivel básico, en línea con las políticas para reducir el consumo de bebidas azucaradas. La Universidad Autónoma Chapingo se puso a disposición para brindar asesorías y promover el aprovechamiento integral de la tuna como un alimento saludable y de alta calidad.