El trigo se convirtió en la principal expectativa del campo en Argentina, con proyecciones de alcanzar una cosecha que podría generar cerca de USD 3.000 millones en exportaciones durante 2025/26. La campaña agrícola está en marcha, con una superficie sembrada récord de casi 7 millones de hectáreas en la región centro del país, que incluye el norte de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, sur de Santiago del Estero y San Luis, y responde al 66% de la producción nacional.
La estimación preliminar de la Guía Estratégica para el Agro (GEA-BCR) indica una producción de 23 millones de toneladas de trigo, un aumento del 14% en comparación con la temporada anterior, y que igualaría el récord establecido en 2021/22. Con un precio promedio de USD 190 por tonelada, las exportaciones podrían alcanzar unos USD 3.000 millones, considerando un volumen total de exportación estimado en 15 millones de toneladas, que contribuiría con el 10% del total de exportaciones de granos del país, que rondan los 142,6 millones de toneladas.
Este escenario favorable se apoya en un nivel de siembra históricamente alto, con 37,8 millones de hectáreas entre trigo, cebada, girasol, maíz, soja y sorgo, siendo el tercer mayor registro en la historia para estos cultivos. Destaca el maíz, con 9,7 millones de hectáreas, que produciría hasta 61 millones de toneladas, y una reducción del 7% en la soja, que se sembraría en 16,4 millones de hectáreas. Además, el girasol aumentaría a 2,5 millones de hectáreas.
Los productores argentinos enfrentarán costos totales estimados en USD 13.915 millones para la campaña, distribuidos principalmente entre maíz (USD 5.042 millones), soja (USD 4.783 millones) y trigo (USD 2.416 millones). La región centro del país, responsable de la mayor parte del trigo, mostró un crecimiento del 22% respecto al año pasado, alcanzando 15,2 millones de toneladas, con expectativas de obtener rendimientos destacados de unos 80 quintales por hectárea, aunque cifras conservadoras sugieren 60 qq/ha.
Las condiciones en la zona núcleo son excelentes, con espigas por metro cuadrado que superan en 100 a 200 unidades el promedio habitual y lotes con hasta 600 espigas/m² en algunas áreas, lo que refleja un estado sanitario óptimo y temperaturas moderadas, consolidando optimismos de una de las mejores cosechas en décadas.
La región norte, que incluye el noreste de Santiago del Estero, Chaco, Tucumán y Salta, también verá un aumento en la producción de un 34%, alcanzando alrededor de 1 millón de toneladas y representando el 4% del total nacional.
El uso principal será la molienda para la elaboración de harina en la industria alimentaria, con una expectativa de que en la campaña 2025/26 la molienda total de trigo alcance 6,7 millones de toneladas. La región centro concentra la mayor parte de los molinos harineros del país, con aproximadamente 5 millones de toneladas de molienda estimadas, seguida por la región sur, que registraría ligeramente una caída en la producción, alcanzando 6,8 millones de toneladas y una molienda de 1,3 millones de toneladas.