La historia de La Catrina: de crítica social a símbolo nacional del Día de Muertos

Por: Equipo de Redacción | 17/10/2025 04:00

La historia de La Catrina: de crítica social a símbolo nacional del Día de Muertos

El rostro icónico de La Catrina, con su sombrero de plumas y su esqueleto vestido de gala, se ha convertido en un símbolo representativo de la cultura mexicana que trasciende el folclore y las festividades del Día de Muertos. Cada año, su imagen se exhibe en altares, desfiles, maquillajes y obras de arte popular, recordándonos la igualdad ante la muerte y la riqueza de la memoria colectiva.

José Guadalupe Posada, reconocido grabador y caricaturista mexicano, señaló que “la muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”. La figura de La Catrina surge a principios del siglo XX, durante el período porfirista en México, marcado por profundas desigualdades sociales. Posada creó la imagen original, conocida entonces como “La Calavera Garbancera”, que criticaba a los vendedores de garbanzo que, pese a su origen humilde, rechazaban sus raíces indígenas para adoptar modas europeas.

En sus grabados, Posada representaba a estos esqueletos con un sombrero ostentoso y una estola, en una crítica a quienes aspiraban a integrarse en la élite social elevando su apariencia, mientras despreciaban lo propio. La intención era clara: “no importa cuán elegante seas, todos somos iguales ante la muerte”. La figura también hacía alusión a los desfavorecidos, pues mientras los ricos disfrutaban de privilegios, los campesinos y obreros estaban “hasta los huesos”.

Décadas después, en 1947, el muralista Diego Rivera, en su obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, popularizó el nombre de La Catrina e hizo que su figura se integrara al imaginario cultural mexicano. En el mural, La Catrina aparece vestida elegantemente, acompañada por Frida Kahlo y el propio Rivera, lo que consolidó su carácter emblemático.

Con el tiempo, La Catrina dejó de ser solo una sátira social para convertirse en un símbolo de igualdad, memoria y celebración de la vida en el Día de Muertos. Representa el homenaje a los difuntos y la idea de que, independientemente de la apariencia, todos compartimos el mismo destino. Además, su figura se vincula con otras divinidades mexicanas relacionadas con la muerte, como Mictecacíhuatl, diosa del inframundo.

Su feminidad revela la dualidad vida-muerte, así como el poder de lo femenino y el ciclo natural de la existencia. En la cultura popular contemporánea, La Catrina suele representarse como una mujer alegre y alborotada que convive con los vivos, enviando un mensaje de que la muerte siempre está presente y debe disfrutarse la vida mientras se pueda.

Numerosas leyendas atribuyen un carácter místico a La Catrina, señalando que visita las ofrendas durante la noche del 1 y 2 de noviembre, guiando almas o dejando señales en hogares olvidados. También existen interpretaciones modernas, como su vestimenta de novia, que simboliza la unión eterna entre vida y muerte, recordándonos que todos estamos destinados a partir.

Este personaje ha trascendido en la cultura popular, apareciendo en cortometrajes como “Hasta los Huesos” de René Castillo, en películas como “El libro de la vida” de Guillermo del Toro, y en personajes de franquicias como Skelita Calaveras en Monster High. La Catrina también ha sido inmortalizada en pasarelas internacionales, en murales como el de Metro Zapata y en artesanías de papel maché y barro.

Desde sus orígenes criticando las desigualdades sociales hasta su consolidación como ícono nacional, La Catrina refleja cómo una imagen puede adquirir múltiples significados. Hoy en día, recuerda que la muerte no es el final, sino una parte fundamental del ciclo de la existencia y una celebración de la identidad cultural mexicana.