En los últimos años, la idea de bienestar se ha ampliado, convirtiéndose en una prioridad para los argentinos que buscan mantener un equilibrio tanto físico como emocional para vivir con plenitud. La alimentación preventiva se ha consolidado como un aliado fundamental en este proceso. En ese contexto, la salud digestiva ha pasado a ocupar un papel central en las conversaciones sobre alimentación y calidad de vida, sustentada en cada vez mayor evidencia científica que indica que el bienestar empieza desde adentro.
Un estudio reciente realizado por Danone en colaboración con el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) reveló que nueve de cada diez argentinos experimentan molestias digestivas, y que dos de cada tres ya toman medidas activas para cuidar su microbiota intestinal. Sin embargo, solo una de cada cinco personas incluye probióticos en su dieta diaria, lo que representa una oportunidad para modificar hábitos alimenticios y entender cómo pequeñas acciones cotidianas pueden marcar una gran diferencia en la salud.
Desde la gestación hasta los dos años de edad, los primeros 1,000 días de vida son cruciales para definir el futuro de nuestra salud, ya que en ese período se forma la microbiota intestinal, un ecosistema invisible que regula desde la digestión hasta el sistema inmunológico. Las leches de fórmula infantil enriquecidas con prebióticos y postbióticos cumplen un papel importante, especialmente en bebés que no reciben leche materna, al promover bacterias beneficiosas. Sin embargo, el cuidado de la microbiota no se detiene allí; en los segundos 1,000 días (de los 2 a los 5 años), su desarrollo continúa siendo esencial, y alimentos fermentados como el yogur ayudan a mantener su diversidad y equilibrio. Promover estos hábitos desde la infancia fortalece no solo la salud digestiva, sino también sienta las bases para un bienestar duradero.
El intestino ha sido apodado como nuestro segundo cerebro por su influencia no solo en la digestión, sino también en la inmunidad, el estado de ánimo y la energía. La conexión entre cuerpo y mente se refleja en la microbiota, un ecosistema interno que debemos cuidar con la misma atención que cualquier otro aspecto de la salud.
Hoy, hablar de alimentación implica también hablar de ciencia. Desde Danone, creemos que nuestra responsabilidad va más allá de producir alimentos; implica investigar, innovar y educar, brindando información confiable para que las personas tomen decisiones conscientes respecto a su alimentación. Los probióticos, por ejemplo, ilustran cómo la ciencia y la tecnología potencian los beneficios de los microorganismos naturales. El proceso de fermentación del yogur, además, mejora la absorción de nutrientes, convirtiéndose en un alimento accesible y funcional para mantener el equilibrio de la microbiota y promover la salud digestiva.
En un contexto donde el bienestar se ha convertido en una prioridad, la salud digestiva ha emergido como un tema de conversación social, lo que es una noticia positiva. Significa que cada vez somos más conscientes de que cuidar lo que comemos es también cuidar cómo vivimos. El desafío ahora es mantener este diálogo bajo un marco de rigor científico, transparencia y compromiso.
Cuidar la microbiota es, además, una forma de escucharnos mejor, de entender lo que pasa por dentro para poder vivir mejor. Nuestro bienestar empieza por comprender nuestro interior, y en esa comprensión, reside el primer paso hacia una vida más plena.