Una de las leyendas más conocidas en Tamaulipas es la de la bailadora del maligno, ocurrido en el salón de la Sociedad Mutualista de Ciudad Victoria en el siglo XX. En esos bailes nocturnos, jóvenes solteros se conocían y planeaban matrimonios, aunque Marielena, una secretaria que evitaba estas reuniones, decidió asistir con amigas. La noche fue animada y todos bailaban al ritmo de Los Gatos Negros de Tampico.
Todo cambió cuando apareció un hombre elegante, de guantes en verano y detalles de oro, que invitó a Marielena a bailar. Ella aceptó, impresionada por su galantería, y en la danza preguntó por los guantes, a lo que él respondió que eran para no dañar su piel de terciopelo. La velada avanzó, pero al despedirse, el misterioso galán se quedó con ella y, en la penumbra, la abrazó y besó en los labios antes de desaparecer.
Atónita, Marielena alcanzó a decir a sus amigas que se sentía mal. Cuando un velador acudió, encontraron a Marielena herida, bañada en sangre y con heridas que parecían de fiera salvaje. En el lugar donde la despidieron, hallaron ropa quemada del hombre, con olor a azufre y plumas chamuscadas.
Al día siguiente, algunos aseguran que Marielena no sobrevivió, mientras otros creen que toda su familia huyó por miedo, temiendo que había bailado con el diablo.
