La leyenda de la sirena de Tamiahua: la ninfa de la Huasteca que aún acecha en las aguas

Por: Equipo de Redacción | 12/08/2025 08:30

La leyenda de la sirena de Tamiahua: la ninfa de la Huasteca que aún acecha en las aguas

Rancho Nuevo, localidad ubicada entre Tampache y la hacienda de San Sebastián, en el municipio de Tamiahua, Veracruz, fue escenario de la trágica historia de Irene, una joven de belleza singular, con tez morena, ojos aceitunados y larga cabellera negra. Tras la muerte de su esposo, Abundio Saavedra Rosas, las mujeres González Corona, Damacia y su hija Irene, dedicaron su vida al servicio religioso, participando en festividades y honrando a los santos en distintas localidades de la región, como Tamiahua, Temapache y Tierra Blanca.

Todo cambió un jueves santo en los años 1900-1920, cuando Irene, en plena Semana Santa, decidió violar la prohibición de bañarse, argumentando que solo quería lavarse la cara tras cubrirse de polvo y sudor en su recorrido por el camino de paso de piedras. Su madre le advirtió que en esos días no debían usar agua, pero Irene insistió. Con un guacal, agua y jabón, se dirigió a un pozo cercano.

De repente, los gritos de Irene alertaron a su madre, quienes pasaron de angustia a horror al ver cómo su hija se transformaba en una criatura marina. Su boca adquirió forma de pez, sus ojos se agrandaron, su piel adquirió un tono rojizo, y debajo de la cintura emergió una cola de pez cubierta de escamas. La ola que emergió arrastró su cuerpo hacia el mar, seguida por los lugareños en pequeñas embarcaciones.

En ese momento, un barco viejo y destrozado apareció de la nada. Irene salió saltando hacia él con una sonrisa desafiante y cantando en huasteco: “peten ak, peten ak” (giren, giren), frases que convocaron a toda la fauna marina y desaparecieron en las profundidades.

Desde entonces, cada Jueves Santo, la madre de Irene visita la playa con la esperanza de verla nuevamente. Los pescadores afirman que cuando escuchan sus Cantos fúnebres, prefieren alejarse, pues aquellos que la observan a menudo sufren desgracias. La leyenda dice que Irene se transforma en una mujer hermosa, de dulce voz y atributos cautivadores, aunque algunos pescadores que intentaron acercarse han muerto, víctimas de su aparición espectral que, en su forma aterradora, puede voltear lanchas y causar embates que resultan fatales.