La Niña impactará el clima en EE.UU. en noviembre: lluvias, temperaturas extremas y nevadas tempranas

Por: Equipo de Redacción | 04/11/2025 12:30

La Niña impactará el clima en EE.UU. en noviembre: lluvias, temperaturas extremas y nevadas tempranas

Estados Unidos enfrentará cambios significativos en su clima durante noviembre de 2024, resultado de la consolidación del fenómeno de La Niña, que afectará principalmente a las regiones norte y sur del país. Estos cambios impactingán a millones de habitantes, quienes experimentarán variaciones en temperatura y distribución de precipitación, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

El pronóstico del Climate Prediction Center de la NOAA indica temperaturas por encima de lo normal en el oeste y centro del país, mientras que en el noreste prevalecerá un descenso térmico recurrente. Además, se espera un aumento en las precipitaciones en el noroeste, en tanto que en el sureste y el sur persistirán condiciones secas, sectores que ya padecen déficit hídrico.

La repetición de La Niña en 2024-2025 tiene relevancia para la agricultura, gestión de recursos hídricos y planificación de emergencias, ya que altera patrones tradicionales de lluvia y calor, según reportes oficiales y medios especializados como Fox Weather y Reuters.

La Niña, fase del ciclo climático El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), se caracteriza por temperaturas frías en la superficie del océano Pacífico ecuatorial central y oriental, alterando la circulación atmosférica global. NOAA señala que provoca inviernos templados y secos en el sur de EE.UU., y más fríos y húmedos en el norte.

Durante La Niña, generalmente hay mayor precipitación en el norte y noroeste, mientras que el sur sufre déficit de lluvias, patrón que las proyecciones de noviembre de 2024 parecen confirmar. Además, se anticipan temperaturas por encima de lo normal en el oeste, suroeste y planicies centrales, impulsadas por sistemas de alta presión.

Ciudades como Boston, Chicago y Detroit esperan las primeras nevadas del mes, en contraste con áreas del sur donde las máximas permanecen elevadas. La llegada de aire polar de Canadá provocará descensos bruscos de temperatura en el noreste.

La NOAA prevé lluvias intensas en la franja norte, desde el noroeste del Pacífico hasta los Grandes Lagos, en línea con históricos episodios de La Niña. Sin embargo, en el sur y sureste, prevalecerán condiciones secas, profundizando las sequías regionales. Por ejemplo, en Tuscaloosa, Alabama, se registraron solo 2.26 pulgadas de lluvia durante el otoño, la décima más seca de su historia, afectando la agricultura y elevando el riesgo de incendios.

El inicio de las nevadas será en altitudes elevadas de las Montañas Rocosas, Sierra Nevada y Apalaches, extendiéndose hacia finales de noviembre a ciudades grandes en el noreste y medio oeste. La atmósfera favorece un comienzo temprano de la temporada de nieve, con acumulaciones significativas antes de que termine el mes.

Asimismo, noviembre traerá riesgos de tormentas severas en el sur y centro-sur, conocida como 'segunda temporada de tormentas severas', con potencial formación de tornados y tormentas eléctricas en Texas, Oklahoma y Arkansas. Hasta ahora, se han reportado 39 tornados, cercanos al promedio histórico.

El fin del horario de verano el 2 de noviembre en la mayor parte de EE.UU., excepto en Arizona y Hawái, reducirá las horas de luz solar y afectará rutinas laborales y escolares. Este cambio aumenta la demanda energética para iluminación y calefacción, particularmente en regiones del norte.

Entidades como la NOAA han activado sistemas de monitoreo y alertas para facilitar la adaptación ante estos cambios ambientales. Se pronostican extremos térmicos en el oeste y sequías en el sur, requiriendo ajustes en la gestión de recursos hídricos y producción agrícola.

Por otro lado, el Centro Nacional de Ciclones Tropicales (NHC) ha vinculado La Niña con una temporada de huracanes más activa en general, aunque el riesgo disminuye en noviembre. Es fundamental seguir las recomendaciones oficiales para minimizar impactos durante el final del otoño y inicio del invierno.

El monitoreo constante y la adaptación a pronósticos cambiantes son esenciales para reducir daños en servicios básicos, infraestructura y suministro alimentario, concluyó el Climate Prediction Center de la NOAA en su aviso de octubre.