La actriz canadiense Margot Kidder se convirtió en ícono al interpretar en 1978 a Lois Lane, la intrépida reportera del Daily Planet que enamoró a Superman en la saga cinematográfica. Este papel catapultó a Kidder a la fama, pero también la sumergió en un mundo de excesos que agravaron sus problemas mentales.
Desde 1978 hasta 1987, compartió pantalla con Christopher Reeve, considerado el mejor Superman. Durante esa década, Kidder utilizó su trabajo para combatir sus conflictos internos, dejando que sus personajes expresaran su lucha. Sin embargo, muy pocos sabían que ella enfrentaba crisis mentales desde los 14 años.
Sus problemas comenzaron cuando tomó un puñado de pastillas de codeína tras una ruptura amorosa, y empezó a experimentar alucinaciones. Para sus cercanos, solo era una adolescente con el corazón roto, sin sospechar la gravedad de su situación. Con el tiempo, sus alucinaciones se intensificaron, llevando a la actriz a obsesionarse con subirse a lo alto de un pino y a creer que girar muy rápido en su punta podía convertirla en parte del árbol.
La actuación fue para Kidder una vía de escape y un método para canalizar sus crisis, aunque también exacerbaba sus impulsos. Peter Biskind, crítico cultural, la describió como una mujer salvaje, intrépida y con decisiones románticas impulsivas, a menudo sin prever las consecuencias. Kidder misma admitió que era una adicta al exceso y que anhelaba una vida sin moderación.
Antes de ser Lois Lane, en 1976, la actriz trabajaba en "92 in the Shade" bajo la dirección de Thomas McGuane, quien sería su primer esposo y padre de su hija Maggie. La experiencia de ser madre y casada la llevó a retirarse temporalmente de la actuación y vivir en un rancho. Sin embargo, la oportunidad de interpretar a Lois Lane la hizo regresar a Hollywood.
En 1988, fue diagnosticada oficialmente con trastorno bipolar, pero rechazó el tratamiento, optando por convivir con su enfermedad. En 1996, mientras escribía sus memorias, un virus informático borró todo su trabajo. En su intento de recuperarlo, viajó a Los Ángeles y sufrió profundas alucinaciones: en su mente, su exmarido McGuane y agentes de la CIA intentaban matarla por la información que poseía.
En el aeropuerto, Kidder entró en un estado paranoico, gritando y creyendo que había una bomba en su bolso, escenario que fue presenciado por un canal de televisión y numerosos pasajeros. Después de días sin ser localizada, fue encontrada en un barrio detrás de las letras de Hollywood, en un estado deplorable: sin cabello, durmiendo en la calle, protegiéndose del frío con cartón y comiendo de la basura, incluso resistiéndose a un intento de violación.
Su vida continuó marcada por altibajos, con roles en Hollywood, protestas frente a la Casa Blanca y episodios de crisis importantes. Finalmente, en mayo de 2018, Margot Kidder falleció a los 69 años en su hogar en Livingston, Montana, dejando tras de sí un legado de talento y valentía en la lucha contra sus propios demonios.