El fútbol argentino continúa honrando la memoria de Miguel Ángel Russo, quien falleció el pasado 8 de octubre a los 69 años. En esta ocasión, fue Lanús el encargado de dedicarle un sentido reconocimiento en la previa del encuentro contra Godoy Cruz, correspondiente a la fecha 13 del Torneo Clausura, en el estadio Néstor Díaz Pérez.
El acto conmemorativo inició con la participación de algunos jugadores que Russo dirigió en distintos ciclos como entrenador del club, entre ellos Héctor “Negro” Enrique, campeón del mundo con la selección argentina. Posteriormente, ingresaron sus familiares, quienes recibieron una plaqueta de parte de los dirigentes de la institución.
Luego, en la pantalla del estadio fue proyectado un emotivo video con escenas de Russo en el club. En ese momento, su esposa, Mónica Croavara, y su hijo, Ignacio Russo –delantero de Tigre–, mostraron una notable emoción.
Como cierre del homenaje, se desplegó una bandera con la imagen del DT y los colores de Lanús, acompañada de la leyenda: “Honraremos siempre tu legado”.
Antes del encuentro, Lanús informó en sus redes sociales que rendiría un homenaje especial al entrenador, quien tuvo dos etapas en el club, entre 1989 y 1994 y luego entre 1999 y 2000. Durante su paso por la institución, Russo impulsó ascensos en 1990 y 1992 y potenció una mentalidad ganadora que transformó la historia del club.
Nicolás Russo, presidente de Lanús, expresó en diálogo con La Tercera: “Miguel Ángel Russo nos enseñó todo. Hay un antes y un después en Lanús después de él. Nos mostró cómo hacer grande a un club”.
Asimismo, destacó que Russo dejó un legado en el fútbol argentino y que fue uno de los técnicos más destacados, valorando su condición de formador de dirigentes, jugadores y personas, además de su integridad y preparación en cada cargo que asumió. “Eso no lo logra cualquiera, y Russo salió bien parado en todos los equipos que dirigió. Lo de él es algo único”, señaló.
La despedida de Russo estuvo marcada por la emoción y el reconocimiento del entorno futbolístico. Optó por cerrar su carrera en Rosario, frente a Central, y en La Bombonera, en un encuentro contra Central Córdoba, rodeado del afecto del público.
Según informaron desde su familia, las cenizas de Russo serán esparcidas en La Fortaleza, tras ya haber sido despedido en La Bombonera en una ceremonia íntima. También serán llevadas a las canchas de Estudiantes y Rosario Central, clubes con los que tenía fuertes vínculos afectivos.
Cabe recordar que, antes de fallecer, Russo pidió a su círculo cercano que lo vistieran con la ropa de entrenamiento de Boca Juniors para sentirse entrenador hasta el último momento. Esto ocurrió cuando decidió no internarse en una clínica y prefirió pasar sus últimas horas en su hogar.
Con una trayectoria que supera las 1,000 partidos dirigidos y títulos en varios países, Russo nació en Lanús en 1956 y desarrolló su carrera como futbolista en Estudiantes de La Plata, donde disputó 420 partidos y conquistó dos títulos. Como entrenador, logró ascensos con Lanús y Estudiantes, y dirigió en Argentina, España, Chile, México, Colombia, Perú, Paraguay y Arabia Saudita, sumando títulos con Vélez Sarsfield, Central y Millonarios.
Con 12 trofeos en su palmarés, Miguel Ángel Russo dejó una huella imborrable en el fútbol argentino. Su paso por Boca Juniors, donde conquistó la Copa Libertadores en 2007, es uno de los hitos que perpetúan su legado, recordado por generaciones como un ejemplo de liderazgo y dedicación.