Tras el robo de ocho joyas en el Museo del Louvre en París en octubre pasado, quedó en evidencia la ineficacia de sus medidas de seguridad para proteger más de 35 mil obras en exhibición.
La periodista Brice Le Borgne, del diario Libération, reveló varias deficiencias en los sistemas de seguridad del museo, incluyendo fallas en la ciberseguridad y en la complejidad de las contraseñas utilizadas.
El gobierno francés inició una investigación exhaustiva para determinar cómo ocho encapuchados lograron evadir la seguridad y sustraer las joyas de la corona francesa en la Galería Apolo, sin ser detectados en el momento del delito.
Las pesquisas descubrieron múltiples errores tras revisar documentos confidenciales del Louvre y fallas en las licitaciones que dejaron vulnerabilidades en la protección digital del recinto. Estas debilidades ya habían sido señaladas por el personal del museo.
Según la periodista, desde hace más de diez años, el Louvre había sido alertado sobre problemas en sus aplicaciones y sistemas de red. Esto fue corroborado por un grupo de especialistas que lograron infiltrarse en la red administrativa del museo usando como contraseña la palabra “LOUVRE”.
A través de esa red se accedió al servidor que controla las cámaras de seguridad, que además funciona con sistemas obsoletos como Windows 2000. La situación generó alarma, ya que el último informe de seguridad del museo data de 2017, donde se señalaba que varios equipos seguían sin actualizar para garantizar su protección.
Le Borgne concluye que las deficiencias en la infraestructura tecnológica del Louvre facilitaron el incidente, poniendo en duda la eficacia de las medidas de seguridad del museo en la era digital.
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Redactora web y fotoperiodista egresada de la UNAM, ha colaborado con importantes casas editoriales del país y con instituciones gubernamentales.