Lesly Castillo, exmodelo y conductora de televisión, volvió a captar la atención del público tras organizar la celebración del cuarto cumpleaños de su hija Chiara en la ciudad de Arequipa. La fiesta, realizada en el hotel BTH de Sabandía, fue de un nivel tan alto que no tuvo nada que envidiar a eventos sociales de gran magnitud, estimándose que el costo total osciló entre ochenta y noventa mil soles.
La celebración, con temática inspirada en el ballet clásico y basada en el 'Lago de los Cisnes', se llevó a cabo en un entorno natural, con decoración de ensueño, un toldo elegante y espacios diseñados con meticulosidad. La ex figura de televisión, quien reside en Arequipa desde hace varios años, se encargó personalmente de cada detalle, confirmando que los gastos fueron cubiertos íntegramente por su esposo, Alberto Motta, empresario en el sector minero, evitando así cualquier tipo de canje o intercambio.
Lesly explicó que coordina todos los aspectos del evento y agradeció a su esposo por la ayuda financiera. La pareja, casada desde hace siete años, vive una vida tranquila en Arequipa, alejada del ruido mediático, y ella aseguró sentirse bendecida y agradecida por tener un esposo que la ama y le demuestra su cariño.
El evento contó con detalles personalizados para los asistentes, desde estaciones de selfies, carritos de snacks, hasta actividades interactivas para los niños, como mesas para hacer pulseritas y un área de juegos, además de la participación de un cuarteto de cuerdas y bailarinas de ballet que ofrecieron presentaciones en directo, reforzando la atmósfera mágica.
El costo de alquiler del espacio fue de aproximadamente 7 mil soles, la decoración rondó los 22 mil soles, y el toldo alrededor de 18 mil soles; los carritos de comida y snacks sumaron cerca de 5 mil soles. La organización, que fue completamente costeada por la familia, dejó claro que no hubo recurrencia a canjes, indicando que la celebración fue realizada con recursos propios.
Lesly manifestó que su principal motivación fue ofrecer a su hija una experiencia única y llena de amor, y agregó que su esposo prefiere mantenerse alejado de los reflectores, una actitud diferente a la suya. La fiesta tuvo como invitadas principales a familiares y amigos cercanos, quienes siguieron un dress code rosa y se llevaron recuerdos personalizados como mochilas, tomatodos y cajitas musicales, en un ambiente lleno de alegría y dulzura.