¿Alguna vez te has preguntado qué pasa cuando la justicia parece estar del lado equivocado? La historia de Luisa Fernanda, una joven de 20 años que estudiaba Psicología, denuncia una realidad que no podemos ignorar.
Luisa Fernanda murió trágicamente después de ser atropellada por policías en el Estado de México. Su vida, llena de sueños y esperanza, fue arrebatada en un instante, dejando a su familia y amigos en un profundo dolor.
En respuesta a esta injusticia, familiares y allegados salieron a las calles en una marcha multitudinaria, exigiendo que se haga justicia. ¿Qué implica realmente este acto de valentía? ¿Qué buscan estos familiares que claman por una verdad?
La marcha no solo es una protesta; es un grito desesperado por un cambio, un llamado a las autoridades para que investiguen y castiguen a los responsables. La historia de Luisa Fernanda nos hace reflexionar sobre el uso del poder y la protección de los derechos de todos los ciudadanos.
Este caso incomoda y preocupa: ¿Cuántas historias similares permanecen en la sombra? La historia de Luisa aún no termina y su memoria exige justicia.
