Más de 20 mil denuncias por extorsión en récord: violencia afecta a artistas, comerciantes y transporte en Perú

Por: Equipo de Redacción | 20/10/2025 09:00

Más de 20 mil denuncias por extorsión en récord: violencia afecta a artistas, comerciantes y transporte en Perú

El panorama de inseguridad en Perú ha alcanzado niveles alarmantes, con más de 20 mil denuncias de extorsión registradas en los últimos meses, lo que representa un incremento del 40% respecto al año anterior y refleja una crisis que afecta a diversas comunidades y sectores. En diferentes distritos de Lima y regiones del país, la rutina se ha visto alterada por llamadas amenazantes, mensajes intimidatorios y ataques armados, generando un clima de temor entre comerciantes, transportistas y familias enteras.

En una semana, al menos ocho incidentes han involucrado a distintos rubros económicos, desde pequeños empresarios hasta conductores del transporte público. La violencia no discrimina ocupaciones ni niveles socioeconómicos: se han reportado ataques con explosivos, amenazas telefónicas y cobros ilegales que parecen multiplicarse sin freno. La Policía ha evidenciado que, cerca de una persona cada 19 minutos convierte en víctima a alguien de forma directa de este delito.

El sector transporte figura entre los más afectados. En Carabayllo, un conductor fue herido con disparos junto a sus pasajeros, mientras que en San Martín de Porres, un gimnasio fue atacado con más de diez disparos, destruyendo sus ventanas. Los conductores y pasajeros temen por su seguridad y la de sus familias, lo que motivó a más de 15 mil transportistas a salir a las calles para exigir protección y denunciar la falta de una respuesta efectiva.

Hasta ahora, al menos 60 conductores y cobradores han sido asesinados por grupos criminales que controlan rutas, cobran cuotas y amenazan a quienes se resisten. Aunque se han realizado bloqueos de líneas telefónicas y operaciones policiales, las llamadas extorsivas continúan, muchas originadas desde penales del país.

La violencia y el temor también han alcanzado a figuras del espectáculo. La bailarina Deisy Araujo sufrió un ataque con explosivos en su domicilio tras negarse a pagar 50 mil soles a extorsionadores, situación que la llevó a limitar sus actividades cotidianas. Yuliana Rengifo, cantante, recibió amenazas con casi 30 mil soles en juego, junto con amenazas de atentados contra su familia, y ahora vive bajo protección constante. Estas historias evidencian que el delito no distingue fama ni escenario, y que los delincuentes extorsionan a quien puedan alcanzar.

En los mercados, la extorsión se ha vuelto una carga diaria. Una madre relata que ha recibido amenazas durante dos meses, obligándola a convertir cada jornada laboral en un riesgo personal y familiar, incluso temiendo que su hija no pueda despedirse de ella antes de salir. Muchos comerciantes prefieren guardar silencio por temor a represalias o cerrar sus negocios. La Policía calcula que el 80% de las llamadas extorsivas provienen de penales, lo que evidencia un grave déficit en el control penitenciario, a pesar del bloqueo de más de un millón y medio de líneas telefónicas vinculadas al crimen.

Mientras las víctimas claman por mayor seguridad, en el Congreso se discute una propuesta polémica: que los pagos por cupos puedan deducirse del Impuesto a la Renta. El diputado Gustavo Cordero, de la bancada Somos Perú, plantea esta medida para reconocer las pérdidas económicas de quienes se ven obligados a pagar bajo amenazas, una iniciativa que ha sido duramente criticada, pues muchos consideran que solo legitima a las mafias y normaliza la extorsión. Diversos sectores la califican como una burla en medio de la crisis de seguridad. La ciudadanía exige acciones más contundentes: se consideran declarar el estado de emergencia en algunas regiones y aplicar toques de queda para frenar la ola delictiva.